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Visita de Benedicto XVI al Líbano

Con ocasión de la firma y publicación de la “Exhortación Apostólica postsinodal de la Asamblea especial para Oriente Medio del Sínodo de los obispos” (10 al 24 de Octubre de 2010). Si la situación religiosa, política y social de Oriente Medio resulta difícil de comprender para un español, su solución futura es altamente complicada, por todas las circunstancias que confluyen en ella: Líbano, que hasta el año 1970 era el centro financiero de Oriente Próximo, (“la Suiza de Oriente Próximo). Convivían católicos maronitas y musulmanes, con una cierta preponderancia política del lado de los católicos, que se encontraban protegidos por Francia. Esta opulencia monetaria, en medio de una decadencia en las costumbres de la población, fue rota por el terrible enfrentamiento entre libaneses (1975–1990), que destruyó lo que parecía un equilibrio político ejemplar. Las luchas internas y los conflictos con Israel - que invadió el país en 1982 – y Siria aún perduran. Todo ello ha provocado la ruina del país y la caída de la influencia de los católicos, que vieron asesinados a algunos de sus “líderes” políticos. Siria, gobernada por el partido socialista Baas (actualmente en el poder) se convirtió en árbitro y dueño de la situación, con una importante presión de los palestinos de la OLP, cuyos campos de refugiados fueron trasladados desde Jordania a Líbano, desde donde han llevado a cabo muchas de sus acciones terroristas contra Israel. Esta situación da una relevancia especial al viaje apostólico del Papa, que se reunirá tanto con responsables civiles como religiosos del Líbano. No debe faltarle al Papa el apoyo de nuestras oraciones para su difícil misión.