Este aprendizaje se hace mediante comentarios positivos a los hijos reconociendo determinada cualidad, aptitud o destreza que muestran –de forma natural– conforme van
creciendo. Es a través de esos comentarios y ese reconocimiento como van captando y aceptando los aspectos positivos y negativos que tienen y, de esta manera, pueden potenciar y mejorar lo que tienen que corregir y cambiar.
Conviene tener presente que son los comentarios positivos lo que les estimula para lograr tener un nivel básico de autoestima durante la infancia y la adolescencia. Esto es determinante ya que, así, adquieren la confianza que necesitan para luchar y, desde esa confianza, poder ganar en seguridad para afrontar la lucha por potenciar los aspectos positivos y mejorar los negativos que tienen por temperamento.
Está demostrado que las descalificaciones y los malos modos no favorecen la auto aceptación ya que minan los cimientos de la autoestima. Y sin autoestima, se instala en cada uno sentimientos de incompetencia e inseguridad que provocan una dependencia que consiste en necesitar la aprobación de los demás para saber si lo que han hecho está bien o mal.
Por contra, los hijos que reciben de sus padres consejos positivos de forma amable, consolidan una autoestima positiva y adquieren una confianza y madurez psíquica que les permite saber cuándo hacen bien las cosas o cuándo las hacen mal, sin tener que esperar la aprobación o desaprobación de terceras personas.
Lógicamente cuando cada hijo descubre sus puntos débiles, no siente satisfacción ni gozo. Pero les facilita admitir esa realidad. Este, es el primer paso que necesitan dar para aceptarse como realmente son. Se comprende que aceptar la realidad de los límites de uno es algo que cuesta porque aparece el orgullo, que lleva a rechazar cualquier aspecto negativo de la personalidad y a querer manifestar sólo las cualidades positivas que se tienen porque, de esas cualidades, es de donde provienen las alabanzas y los elogios.
Por eso, hay que hacerles ver que si no saben aceptar sus puntos débiles, nunca se librarán de ellos, porque está comprobado que nadie se sentirá inclinada/inclinado a cambiar algo cuya realidad niega. Sólo desde la aceptación de sus debilidades podrán diseñar objetivos concretos para mejorarlas y convertirlas en insignificantes.
Y si alguien se plantea ¿cómo puedo descubrir qué es en lo que tengo que cambiar para mejorar mis puntos débiles? Propongo lo siguiente: plantéate una batería de preguntas sobre qué es lo que más te gusta y qué es lo que menos te gusta… de tu forma de ser; de tu forma de actuar; de tus afectos y sentimientos; de tu carácter; de tus relaciones con los demás ¿sueles imponerte o colaboras?; de tu forma de estudiar; de cómo llevas el orden, la gestión del tiempo, los compromisos, el espíritu de servicio, la moderación en el uso de aparatos electrónicos, etc. Al responder a estas preguntas, detectarás unos puntos débiles y, a partir de ahí, podrás pensar y concretar algún objetivo a corto y medio plazo para mejorar en dichos aspectos en los que ves que te falta destreza y soltura.
Para terminar, comento algo que puede resultar motivante: cada vez que nos esforzamos por mejorar en algún valor que nos cuesta, no sólo mejoramos en ese valor en concreto, sino que la mejora se amplía también a otros valores que son tangenciales al valor que nos hemos marcado como objetivo. Por ejemplo, si nos proponemos mejorar en autocontrol porque somos muy impulsivos, mejoraremos también en concedernos un tiempo para pensar antes de actuar, en cuidar las formas en el hablar, en aprender a escuchar con respeto las opiniones de los demás, en empatía, en aprender a pedir perdón… O si nos proponemos mejorar en la virtud de la fortaleza porque nos cuesta terminar lo que empezamos, mejoraremos también en diligencia a la hora de hacer lo previsto, en voluntad para superar la comodidad, en paciencia para superar las dificultades o los caprichos, en decisión para rechazar los “tiempos muertos” en los que no hago nada, etc.
Si somos constantes en este planteamiento por cambiar esos aspectos negativos que tenemos, más pronto que tarde, comprobaremos cómo se produce una mejora en esa forma de ser que tenemos y menos nos agrada porque nos crea insatisfacción y problemas con la gente que convivimos y nos relacionamos.