En todos estos monasterios es posible alojarse y respirar la vida de oración de los monjes. Hace 1.000 años las órdenes monásticas buscaron y crearon los lugares más apropiados para la tranquilidad, la meditación y el descanso.
Desde siempre, tanto los Agustinos de la Vid, como los Benedictinos de Silos, han ofrecido sus hospederías monásticas. Siguiendo con esta tradición, ahora nos sugieren este “camino de la calma”.
Partiendo del Monasterio de la Vid se llega a Peñaranda de Duero. Luego Clunia que fue una de las mayores urbes de la Hispania Romana. Después el Monasterio de Caleruega (Real Monasterio de Santo Domingo de Guzmán). El desfiladero de la Yecla. Por último, el Monasterio Santo Domingo de Silos.
Real Monasterio de Santo Domingo de Guzmán (Caleruega)
La historia del monasterio se remonta a dos años después de la muerte de Santo Domingo (1221). El Beato Manés construyó en el lugar de nacimiento de su hermano, Domingo, una capilla. En 1266, el Rey Alfonso X el Sabio, emparentado con los Guzmán, hizo construir una iglesia gótica. Años más tarde, se transformó la casa solariega en un convento, trasladándose a éste, una comunidad de monjas de San Esteban de Gormaz (Soria) que reciben el privilegio de Señorío del lugar.
En el siglo XVI se construyó una nueva iglesia y se destruyó la primitiva capilla y la cabecera de la iglesia gótica, quedando los restos como coro de las monjas. La iglesia del monasterio es de piedra de sillería, de una sola nave y planta cruciforme. En la parte norte está la puerta de acceso con portada barroca. El retablo mayor posee tres lienzos de Blas de Cervera (1594-1643), representando escenas de la vida del santo, y coronado por un calvario de madera de la Escuela de Gregorio Fernández.
En la Sacristía de la iglesia existe un Cristo gótico, y desde ésta, se desciende a la Cripta, lugar exacto en el que nació Santo Domingo.
El Claustro se construyó entre los siglos XIII y XV (románico tardío). Conserva restos de las diferentes etapas de su construcción como el claustro bajo con arcos de medio punto sobre columnas pareadas, una puerta ojival gótica y el sobreclaustro del siglo XVIII construido en ladrillo.
El Museo, instalado en una sala gótica, ofrece piezas de alto interés artístico e histórico, entre ellas: tallas de piedra policromada de la Virgen y del Ángel Anunciador.
El tesoro histórico está en el Archivo Monacal, donde se conservan bulas papales, cartas, privilegios de reyes, documentos rodados, cartas de San Raimundo de Peñafort, etc. El documento más antiguo data del siglo X.
Monasterio de Santo Domingo de Silos
Este monasterio benedictino tuvo sus orígenes en el siglo XII, en honor a su santo abad Domingo, fallecido en 1073. Quince años después de su muerte se construyó un templo semejante al de San Pedro de Arlanza.
En época visigoda ya existía un cenobio dedicado a San Sebastián, que estuvo ligado jurídicamente a la familia condal. Se independizó, adquirió privilegios y territorio propio.
Es uno de los monumentos capitales para la historia del románico, único en Europa por la importancia de la escultura de sus capiteles, compuestos de elementos decorativos vegetales y animales, y los ocho relieves en los machones angulares, de temática bíblica.
La iglesia, levantada aprovechando parte de un templo mozárabe del siglo X, del que queda algún resto, fue sustituida en el XVIII por la actual, de corte neoclásico.
Del templo románico se conserva la portada meridional del crucero, con capiteles de comienzos del siglo XII. Junto al templo está la antesacristía, una estancia románica cuyos muros están cubiertos de cadenas.
Al fondo de la sacristía se accede a la capilla barroca, de planta octogonal del siglo XVIII, con lienzos debidos al mercedario Fray Gregorio Barambio, donde están las reliquias de Santo Domingo en una urna con tres coronas de plata sobredorada.
En las crujías está el sepulcro del Santo, gótico, así como la Virgen de Marzo, del siglo XIII. En una dependencia contigua, la botica fundada en 1705. En la heráldica conventual figuran tres coronas que hacen referencia a las que recibió Santo Domingo en una aparición.
El monasterio cuenta con un museo que guarda arras del medievo y siglos posteriores. Su actual biblioteca suma más de cien mil volúmenes, muchos de un valor incalculable.
Hospedería
Los benedictinos de Silos tienen una larga tradición hospedera. Fieles al espíritu evangélico resaltado por San Benito en su Regla, abren sus puertas y su corazón a todos los hombres que buscan encontrarse con Dios y consigo mismos en un tiempo. El huésped que ha sido admitido, previa reserva, goza de independencia y libertad para asistir a la oración comunitaria de los monjes, orar, reflexionar, leer, meditar en su habitación, en la huerta o fuera del monasterio.
Datos útiles
Hospedería en Santo Domingo de Silos: información en el 947 390049 (de 11 a 13 h) o mediante correo electrónico: hospedero@abadiadesilos.es
Visitas: https://www.abadiadesilos.es/horario-visitas-al-claustro/
Hospedería del Monasterio de Santo Domingo de Guzmán (Caleruega):
Teléfono: 947 534 061 -- https://caleruega.dominicos.es