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Un impulso a nuestro apostolado

La devoción a San Antonio de Padua es la base sobre la que se cimienta este apostolado y hay que reconocer, como lo demuestran los hechos, día a día, que son muchos los católicos que encuentran en San Antonio de Padua un intercesor eficaz ante Dios para solucionar sus problemas; unas veces se trata de encontrar un “juego de llaves” extraviado, otras de pedir ayuda para superar unos exámenes cruciales en la vida de los hijos o nietos, en muchos casos se trata de pedir la intercesión de San Antonio para superar una enfermedad grave de un familiar o amigo o una operación importante, que se ha presentado inesperadamente.

San Antonio siempre está “ahí” para interceder ante Dios y, si Éste lo considera conveniente obtener la gracia pedida; cuando no es así, también está nuestro lado para que comprendamos el valor de la prueba que estamos sufriendo y no perdamos nuestra confianza en Dios y en la oración.