La amistad es tal vez uno de los bienes más preciados y al que muchas veces no prestamos demasiada atención. Extraigo algunos pensamientos del libro “El arte de ser un buen amigo”, verdadero tratado sobre la amistad

No todo lo que aparece en las redes sociales es superficial y superfluo. Por pura casualidad he caído en la página de facebook de la pedagoga Fátima dos Santos, especializada en psicopedagogía clínica y autora de varios libros, y he encontrado estas reflexiones que ahora comparto.

Tenía intención de resumirlo, pero la riqueza de matices me ha hecho renunciar a tan cruel tarea: ofrezco este artículo recogido en el libro “El alfabeto de los afectos”, del que en otras ocasiones nos hemos ocupado, tal cual lo escribió su autora, la italiana Mariolina Ceriotti.

Me llega a las manos otro título de la escritora italiana Mariolina Ceriotti, conocida por sus artículos y conferencias sobre la familia. Los títulos de sus obras son siempre sugerentes. El que ahora me ocupa es “Perfectos imperfectos”. Para que el lector coja el gusto, destaco uno de sus capítulos: “Reparar relaciones”

En medio del ajetreo cotidiano, bombardeados con ruidos y distracciones de todo tipo, encontrar momentos de serenidad puede ser un tesoro de valor incalculable.

Una buena amistad se basa en compartir. “Quienes no tienen nada no pueden compartir nada, quienes no van a ninguna parte no pueden tener compañeros” esto escribía C.S. Lewis en su obra “Los cuatro amores”.

El libro que tengo ahora entre manos también tiene un título muy sugerente: “Una mente en paz” y por subtítulo “Cómo orderar el alma en la era de la distracción”. Extraigo alguna frase a modo de meditación y como aliciente para su lectura.