que, gracias a Dios, pese a los más de los casi 800 años transcurridos, desde su muerte, en ningún momento ha perdido actualidad, ni han disminuido sus devotos.
Nacido en Lisboa y habiendo vivido en Coimbra, donde ingresó en los franciscanos, muy cerca de Fátima, donde, hace 100 años, la Virgen María, quiso insistir en la necesidad de que rezáramos el Rosario e hiciéramos penitencia, para reparar a Dios, por las ofensas de los hombres.