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La España visigoda

En el año 589 Recaredo convoca el III Concilio de Toledo.
Digno de especial estudio es el desarrollo de los visigodos en España, por la gran prosperidad a que llegaron después de su conversión al Cristianismo.
Reino visigodo arriano
En la segunda mitad del siglo V quedaron los visigodos dueños de casi toda la Península, mientras los suevos dominaban en Asturias y los alanos en la Lusitania, si bien éstos se fueron fundiendo con los demás. Aunque arrianos, permitieron a los católicos, que formaban la mayoría de la población, desarrollarse prósperamente. Hubo, sin embargo, algún conato de persecución. El año 527 se pudo celebrar el Concilio II de Toledo bajo una especie de protección del rey Amalarico.
Leovigildo (569-586) trató seriamente de unificar a toda la nación en el arrianismo, iniciando una verdadera persecución. Distinguiéronse con esta ocasión el obispo de Mérida, Massona, y San Leandro, de Sevilla. El episodio más digno de mención fue el de su hijo San Hermenegildo. Convertido al catolicismo, tuvo que luchar con su padre Leovigildo; pero, vencido por él, fue encarcelado, y negándose a abrazar el arrianismo, fue martirizado. 
Recaredo y la conversión de los visigodos
Recaredo (586-601), hijo de Leovigildo, bajo el influjo de San Leandro, abrazó al fin el Cristianismo. Este acto solemne se realizó en el Concilio III de Toledo del año 589. Desde entonces el reino visigodo fue profundamente cristiano, y el siglo VII constituye el apogeo de la Iglesia cristiana visigoda, que supera a todas las de su tiempo. Este apogeo aparece en los Concilios de Toledo, que tuvieron influjo decisivo en la nación y realizaron grandes obras, como la implantación del rito mozárabe y la defensa de la Monarquía; en la pléyade de hombres extraordinarios, de que se hablará en otra parte, tanto en el episcopado como en la vida monástica; en la cultura general, tanto en las ciencias eclesiásticas, como en la historia y en el arte.
Santos más insignes 
Entre los muchos que se distinguieron en este tiempo, notamos: San Patricio (+ ca. 462), Apóstol de Irlanda. San Cesáreo de Arlés (+ 542), gran defensor de la doctrina católica. San Gregorio de Tours (+ 594), uno de los hombres más eruditos de su tiempo. San Gregorio Magno (+ 604), uno de los Papas más insignes de la Historia, gran organizador y defensor de la Iglesia. San Columbano (+ 615), uno de los monjes más ilustres, fundador de Bobbio y de otros grandes monasterios. San Leandro de Sevilla (+ 600), alma de la conversión del pueblo visigodo. Asimismo, San Isidoro (+ 636) y los grandes Santos del apogeo de la España visigoda. 
                                                                                                                                                                                                         Compendio de Historia de la Iglesia Católica 
Bernardino Llorca, S.F.