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Habéis hecho una gran obra de caridad

Fue en esta bendita estancia, donde se celebró la misa por vuestros seres queridos el día 19 de noviembre, a las 9 en punto de la mañana, cuando la iglesia acababa de abrir sus puertas. Como en ocasiones anteriores, acudí a Lisboa para asistir a esta misa tan especial, celebrada por el sacerdote portugués don Diogo Corrêia, fiel amigo de la Obra de El Pan de los Pobres. Aquí está el testimonio gráfico. Los otros días de noviembre la misa era celebrada por uno de los frailes menores de la comunidad franciscana, que nos aprecian mucho también, en la nave central de la iglesia, a las cinco de la tarde. Estoy muy contento de haber participado un año más en tan caritativa misión: rezar en vuestro nombre por los fieles difuntos. Es la forma cristiana de recordarlos.