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Vosotros rezad así

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
- Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros rezad así: 
«Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno». 
Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.

Comentario del Papa Francisco

Todos nosotros tenemos fe, todos queremos ir adelante en la vida cristiana pero si no somos conscientes de nuestra debilidad terminaremos vencidos: “Señor sé que en mi debilidad nada puedo sin tu ayuda”. Solo podemos rezar bien, y decir “Padre” a Dios, sin nuestro corazón está en paz con los demás, con los hermanos. Así la debilidad que nosotros tenemos, con la ayuda de Dios en la oración, se transforma en una fortaleza, porque el perdón es una gran fortaleza. Es necesario ser fuertes para perdonar, pero esta fortaleza es una gracia que nosotros debemos recibir del Señor porque somos débiles.