En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dijo: - Éste es el cordero de Dios.
Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: - ¿Qué buscáis? Ellos le contestaron: - Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives? Él les dijo: - Venid y lo veréis.
Entonces fueron; vieron dónde vivía, y se quedaron con el aquel día; serían las cuatro de la tarde.
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo: - Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo). Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: - Tú eres Simón el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).
Comentario del Papa Francisco
(Hemos encontrado al Mesías). Todos los días leamos un párrofo del Evangelio, para conocer mejor a Jesús, para abrir enteramente nuestro corazón a Jesús y así lo podremos hacer conocer mejor a los otros. También llevar un pequeño evangelio en el bolsillo o en la cartera nos hará bien… Acercarse al Evangelio, meditarlo y encarnarlo en la vida cotidiana es la mejor manera para conocer a Jesús y llevarlo a los otros. Esta es la vocación y la alegría de cada bautizado: indicar y donar Jesús a los otros, pero para hacerlo debemos conocerlo y tenerlo dentro de nosotros, como el Señor de nuestra vida.