Usted está aquí

Siempre desde el respeto

Al hablar del tercer error, proponía la figura atractiva que adquiere un padre/madre cuando es propulsor/ra de iniciativas basadas en la esperanza, cuando sabe tener paciencia y cuando transmite entusiasmo. Pero, sobre todo, cuando trata a los hijos con respeto y consideración. Esto se manifiesta cada vez que se habla con ellos. Pongamos un ejemplo, no es lo mismo dirigirse a una hija, un hijo, de la manera siguiente: “Supongo que esta mañana no has podido dejar ordenada tu habitación. Me gustaría que lo hicieras ahora”, a dirigirse gritando: “¡Eres una desordenada, un desordenado, siempre dejas tus cosas tiradas por el suelo. Recoge todo inmediatamente!” Al actuar de esta forma asentamos el odio en la relación y provocamos su rechazo hacia nosotros. Y con ese sentimiento como motor de base, lo normal es que su tendencia sea a desobedecernos en todo aquello que les propongamos.

Los sentimientos de los niños son igual o más intensos que los de los padres. A menudo esto se olvida y se piensa que, por ser pequeños, sus sentimientos son minúsculos. Es una idea errónea. Se sienten como nos sentiríamos nosotros si se diera la siguiente situación: Estamos en un banquete y nos manchamos la camisa. Tenemos 36 años y una hermana nuestra, en voz alta y con tono de reproche nos dice: "Eres un guarro, ya te has manchado, no se puede salir contigo..." ¿Cómo nos sentiríamos? ¿Por qué nos parece normal dar un trato a una hija/hijo, pequeña/ño que de ninguna manera daríamos a una persona adulta?

¡Qué ilusión, sin embargo, transmiten unos padres cuando la relación con sus hijos es siempre desde el cariño y el respeto! Cuando los hijos están habituados a que les indiquen lo que tienen que hacer con frases amables, en vez de con gritos y reproches, se genera en ellos sentimientos de agradecimiento, lo que les anima a tratarse bien porque se sienten queridos y se gesta en ellos actitudes de colaboración. Al igual que los adultos, los niños responden según los estímulos que reciben, ya sea en positivo o en negativo.