Usted está aquí

Si siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
- Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca! 
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. 
Tened cuidado. 
Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: «lo siento», lo perdonarás. 
Los apóstoles le pidieron al Señor: 
- Auméntanos la fe. 
El Señor contestó: 
- Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar», y os obedecería.

Comentario Papa Francisco

Si tu hermana te ofende, repréndelo; y si se arrepiente, perdónalo. Si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás. Cuando leo este pasaje, veo siempre un retrato de Jesús. Lo hemos escuchado muchas veces: Él no se cansa de perdonar. Y nos aconseja hacer lo mismo. Se arrepiente pero no puede salir de esto; es debíl. Es la debilidad del pecado original, y el Señor perdona. La única condición es ir a Él y decir: “He pecado, perdóname. Quisiera no hacerlo más, pero soy débil”. Este es el pecador. Y la actitud de Jesús es siempre la del perdón. ¡Ay de quien provoca escándalos! ¿Qué diferencia hay entre pecar y hacer algo que provoca escándalo y hacer mal, mucho mal? Quien peca y se arrepiente pide perdón, se siente debíl, se siente hijo de Dios, se humilla y piede la salvación de Jesús. Pero quien provoca escándalo no se arrepiente y sigue pecando fingiendo ser cristiano. Es como si llevara “una doble vida” y la doble vida de un cristino hace mucho mal.