Nos fijamos en otro símbolo, que vemos en las representaciones antiguas: el fuego.

La imagen de San Antonio de Padua es una de las más representadas en el arte cristiano, después de las de la santísima Virgen, claro está.

Del 4 al 14 de Abril pasados acompañamos a San Antonio en un recorrido por España.

Los devotos de San Antonio no tenemos duda de capacidad de intercesión ante Dios, que consigue obrar desde los mayores milagros hasta permitirnos encontrar las cosas más insignificantes, que perdemos con cierta frecuencia.

Durante los actos celebrados a lo largo de la Visita del Busto-Relicario de San Antonio a España, hemos tenido la oportunidad de escuchar, al Padre Julio García, franciscano conventual, relatarnos grandes milagros recientes.

La vida de San Antonio está llena de hechos milagrosos o simplemente singulares, que corroboran su fama de santidad y la importancia de intercesión ante Dios.

Una anécdota curiosa y simpática de la vida de San Antonio, que no es muy conocida, es una lección de confianza: Brive-la-Gaillarde es el gran centro de peregrinación antoniano en suelo francés. Numerosos devotos acuden diariamente para tomar agua de la gruta en donde San Antonio buscó refugio para la oración, durante su ardiente misión apologética contra las herejías, que infestaban aquellas regiones.

La capacidad de predicador de San Antonio, puesta de manifiesto en la famosa reunión de dominicos y franciscanos en Forlí, por Septiembre de 1221, en la que tuvo que intervenir a petición de su Superior Fray Graziano, iba a dar un giro completo a su vida religiosa, ya que los franciscanos comprendieron que, entre ellos, había surgido un gran predicador y teólogo. Así se lo comunicó Fray Graziano al Vicario general, Fray Elías.

La vida de Fernando Martim de Bulhöes, luego Antonio, al entrar en los Frailes Menores, estuvo siempre marcada por un espíritu de entrega al servicio de Dios y de la Iglesia, superando con la ayuda de la Virgen María, las tentaciones y las dificultades  con que se encontraba en su vida.