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Sé quién eres: el Santo de Dios

evangelio del día

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. 
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque hablaba con autoridad. 
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo, y se puso a gritar a voces: 
- ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres: el Santo de Dios. 
Jesús le intimó: 
- ¡Cierra la boca y sal! 
El demonio tiró al hombre por tierra en medio de la gente, pero salió sin hacerle daño. 
Todos comentaban, estupefactos: 
-¿Qué tiene su palabra? Da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen. 
Noticias de él iban llegando a todos los lugares de la comarca.

Comentario del Papa Francisco

Cuando el demonio ha sido expulsado tiene paciencia, espera para volver y si lo dejas entrar se cae en una situación peor. El diablo convence para hacer las cosas con relativismo, tranquilizando la conciencia. Tranquilizar la conciencia. Anestesiar la conciencia. Y esto es un gran mal. Cuando el mal espíritu consigue anestesiar la conciencia, se puede hablar de una verdadera victoria suya, se convierte en propietario de esa conciencia. Esto sucede por todas partes. “-Sí, pero todos, todos tenemos problemas, todos somos pecadores, todos…”. Todos, pero yo no. Y así se vive esta mundanidad que es hija del mal espíritu.