En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se levantó un temporal tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas. Él dormía.
Se acercaron los discípulos y lo despertaron gritándole:
- ¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!
Él les dijo:
- ¡Cobardes! ¡Qué poca fe!
Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma.
Ellos se preguntaban, admirados:
- ¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!
Comentario del Papa Francisco
Hoy, B. Pedro Jorge Frassati. Corremos el riesgo de contentarnos con poco, de tener una idea de la vida en pequeño. ¡Aspirad, en cambio, a cosas grandes! ¡Ensanchad vuestros corazones! Como decía el joven beato Piergiorgio Frassati: “Vivir sin una fe, sin un patrimonio que defender, y sin sostener, en una lucha continua, la verdad, no es vivir, sino ir tirando. Jamás debemos ir tirando, sino vivir”. Juan Pablo II lo llamó “hombre de las Bienaventuranzas.