Usted está aquí

Santuario de San Pascual Bailón

Antigua Iglesia Conventual

El Santuario de San Pascual Bailón está formado por el “Templo Votivo Eucarístico Internacional”, la Real Capilla con el sepulcro del Santo, el museo del Pouet del Sant y el convento de clausura de las madres clarisas.

El museo dispone de una interesante colección de arte religioso, vestimentas y ornamentación, desde los siglos XVI al XX. La Capilla Real, con una imagen yacente de San Pascual en plata, guarda la antigua celda del monasterio donde murió el santo, patrón de la ciudad. También puede visitarse el refectorio y un pozo fechado en 1589 de aguas muy apreciadas por sus devotos.

Orígenes del convento

El convento tiene sus orígenes en el siglo XVI, cuando en 1578 los franciscanos descalzos alcantarinos –reformados por San Pedro de Alcántara– obtuvieron permiso para instalarse en la ermita de Nuestra Señora del Rosario, fundada en 1571 por el pueblo villarrealense para celebrar la victoria cristiana en la batalla de Lepanto frente al Imperio otomano el 7 de octubre de ese mismo año, festividad de la Virgen del Rosario. Los religiosos procedieron a la ampliación de la ermita y a la construcción del nuevo convento.

Pero la fama y repercusión de este monasterio es debida al fraile alcantarino san Pascual Baylón, destinado a Villarreal en 1589. Allí viviría hasta su muerte en 1592. Ese mismo año, en el claustro se excavó un pozo de benéficas aguas, conocido como el Pouet del Sant. Su cuerpo fue enterrado en la misma iglesia, a los pies del altar de la Inmaculada, debido a la fama de santidad que había alcanzado en vida. El lugar se convirtió enseguida en centro de peregrinación. Felipe II aprobó el proceso de beatificación y en 1599 el mismo Felipe III y su esposa Margarita de Austria acudieron al santuario para visitar su tumba. Fue canonizado 1690.

En 1730 una Bula papal de Clemente XI funda la cofradía de San Pascual Baylón que tiene por finalidad “fomentar el culto al Santísimo Sacramento y a San Pascual Baylón, transmitir la doctrina cristiana en nombre de la Iglesia; favorecer la práctica de los Sacramentos y ejercer la caridad.”

En 1791, con motivo del primer centenario de la canonización de san Pascual, se organizaron grandes celebraciones y se autorizaron un gran número de corridas de toros en beneficio del convento en la plaza junto al mismo.

La Real Capilla

La Real Capilla, construida en el siglo XVII para albergar los restos del santo, era considerada como el primer monumento del barroco valenciano en orden de tiempo y mérito. Sin embargo, la antigua iglesia conventual y la capilla barroca fueron destruidas por un incendio provocado en 1936 en el transcurso de la Guerra Civil Española. El nuevo templo no está terminado, aunque está abierto al culto. Sí está terminada la nueva Real Capilla, inaugurada en 1992 por el rey Juan Carlos, quien presidió el traslado de los restos del Santo a su nuevo Sepulcro. Los escudos de Carlos II y Juan Carlos I, en la predela, simbolizan el Patronato Real.

Cuerpo incorrupto

En el centro de la Capilla destaca un sarcófago, de granito oscuro, sobre el que descansa la imagen yacente de San Pascual, de plata, inspirada en su cuerpo incorrupto. Debajo, en el altar, está el Cartapacio para mi recreación espiritual, manuscrito del Santo. Detrás se halla la celda donde murió.

El Museo

En la planta baja de la Real Capilla se conserva el Pozo de San Pascual (en el espacio del museo) cuyas aguas son muy apreciadas por los fieles devotos.

La restauración del monasterio ha consolidado vestigios tan característicos como el claustro, la escalera, la sala De Profundis y, en el refectorio, el asiento que ocupaba el santo frente al del beato Andrés Hibernón.

Las dos torres campanario albergan un carrillón de 72 campanas y un conjunto de 12 campanas de volteo, entre ellas la mayor campana de volteo del mundo.

El 25 de marzo de 1996, el papa Juan Pablo II otorgó al templo la dignidad de basílica menor, al tiempo que nombraba a san Pascual Baylón “Patrono Universal del Culto Eucarístico”.

Datos útiles:

– Museo del Pouet del Sant

Arrabal de Sant Pasqual, 70

Villarreal (Castellón)

Horario de visitas: todos los días de 11.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas.

 

Para saber más:

http://www.gratisdate.org/texto.phpñdl=10

Vida de San Pascual Bailón

Pascual nació en el pueblo aragonés de Torrehermosa, el día de la Pascua de Pentecostés, de ahí su nombre. Sus padres eran labradores, pero Pascual se dedicó al pastoreo de las ovejas. Aprendió a leer y a escribir de manera autodidacta con la ayuda de Biblias.

Posteriormente emigró al Reino de Valencia para trabajar, también como pastor, en la pedanía de Monforte del Cid. Le gustaba llevar el ganado a pastar cerca del convento franciscano de Nuestra Señora Orito, sus muros le atraían. Dice la tradición que fue aquí, cerca de la ermita de Orito, donde tuvo lugar lo que se denominó “el milagro de la Aparición”, según la cual, vio abrirse los cielos y aparecer entre resplandores y sustentado por ángeles a Jesucristo bajo la forma eucarística de la Hostia y el Cáliz. Tenía 24 años.

Pidió entonces ingresar en la orden franciscana, en este convento de religiosos alcantarinos, conocidos por la sencillez y pobreza de su vida. Vistió los hábitos en 1564. Habitó después en el Convento de Santa Ana del Monte en Jumilla (Murcia) del 1580 al 1583; de su estancia allí se conserva su celda, así como varios árboles plantados por él y otros recuerdos.

Con una personalidad de asceta y místico, desarrolló su fe a través de la caridad fraterna, y defendió la presencia de Cristo en la Eucaristía de los ataques de los protestantes hugonotes cuando cruza Francia como mensajero del provincial de su orden.

Entre los milagros que se le atribuyen destacan la multiplicación del pan para los pobres, la curación de enfermos, el don de profecía y el que narra cómo de una piedra salió agua para unos pobres. La tradición popular afirma que muchas veces orando experimentaba tanta alegría que se ponía a bailar.

Aunque Pascual apenas sabía leer y escribir, era capaz de expresarse con gran elocuencia sobre la presencia de Jesús en la Eucaristía. Dios le concedió el don de la “ciencia infusa”, es decir, poseyó un vasto conocimiento teológico sin mayor estudio, lo que sorprendía a sus hermanos, quienes solían realizarle preguntas complejas.

Escribió dos devocionarios para su edificación personal, editados en el año 2000 con el título de Opúsculos de san Pascual Bailón.

Murió en el convento alcantarino del Rosario en Villarreal, en donde fue hermano refitolero y limosnero, el 17 de mayo de 1592, también Pascua de Pentecostés. Abundantes son los testimonios de los milagros obrados después de su muerte, gracias a su intercesión.

Es invocado también como santo protector de los fogones y de los accidentes en las cocinas: San Pascual Baylón, báilame en este fogón. Tú me das la sazón y, yo te dedicó un danzón.