Pedro, a los 19 años decidió ser Jesuita e ingresó en Tarragona, y posteriormente estudió filosofía en Mallorca (1605) donde conoció a San Alonso Rodríguez. En 1610 se embarcó hacia la Nueva Granada. Estudió teología en Santa Fe (Bogotá), para trasladarse a Cartagena (Colombia), donde fue ordenado sacerdote el 20 de Marzo de 1616.
En aquellos años, llegaban a desembarcar en Cartagena unos mil esclavos al mes, siendo un negocio (sic) que dejaba grandes ganancias, y que había recibido repetidas censuras del Papa, aunque no lograron parar este vergonzoso mercado humano.
Con mucha fe y mucho amor, Pedro supo dar la talla en la escuela del Padre Alfonso Sandoval, y escribió: “Ego Petrus Claver, etiopum semper servus” (yo Pedro Claver, de los negros esclavo para siempre). Se convirtió en un organizador muy ingenioso y valiente; Pedro Claver esperaba los barcos en el puerto, alimentaba a los negros que llegaban sin fuerzas y curaba a los enfermos. Intentaba comprar a los que puede y a los que nadie quiere. Bautiza a los moribundos. Y cuando sus manos se resisten a cuidar las llagas más repugnantes, saca el cilicio y la disciplina y se somete a sus efectos hasta que sangra; después, besa las purulencias de los apestados. Llegó a bautizar a más de 300.000 negros.
Por esta labor de amor, tan humana y prodigiosa, fue acusado por los mismos esclavos de ser indiscreto por su celo y de profanar los Sacramentos al enseñárselos a los que no eran creyentes.
El 9 de Septiembre de 1654, subió a los cielos; fue Beatificado por Pío IX el 16 de Julio de 1850 y Canonizado el 15 de Enero de 1888 por León XIII junto con el Hno. Alonso Rodríguez S.J.; fue proclamado Patrón especial de todas las misiones católicas el 7 de Julio de 1896.
El papa Juan Pablo II rezó ante los restos mortales de San Pedro Claver el 6 de Julio de 1986 en la Iglesia de los Jesuitas de Cartagena.
