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¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!

Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. Evangelio del día

Lectura 1
Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada 
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 4,1-8 

Hermanos: 
Por Cristo Jesús os rogamos y exhortamos: habéis aprendido de nosotros cómo proceder para agradar a Dios; pues proceded así y seguid adelante. 
Ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús. 
Esto quiere Dios de vosotros: una vida sagrada, que os apartéis del desenfreno, que sepa cada cual procurarse mujer santa y respetuosamente, no por pura pasión, como hacen los gentiles que no conocen a Dios. 
Y que en este asunto nadie pase por encima de su hermano ni se aproveche con engaño, porque el Señor venga todo esto, como ya os dijimos y aseguramos. 
Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. 
El que desprecia este mandato no desprecia a un hombre, sino a Dios, que os ha dado su Espíritu Santo.

Salmo
Sal 96, 1 y 2b. 5-6. 10. 11-12 
R. Alegraos, justos, con el Señor. 

El Señor reina, la tierra goza, 
se alegran las islas innumerables. 
Justicia y derecho sostienen su trono. 

Los montes se derriten como cera 
ante el dueño de toda la tierra. 
Los cielos pregonan su justicia 
y todos los pueblos contemplan su gloria. 

El Señor ama al que aborrece el mal, 
protege la vida de sus fieles 
y los libra de los malvados. 

Amanece la luz para el justo, 
y la alegría para los rectos de corazón. 
Alegraos, justos, con el Señor, 
celebrad su santo nombre.

Evangelio
¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 25,1-13 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: 
- El Reino de los Cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. 
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. 
Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. 
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 
A medianoche se oyó una voz: 
- ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo! 
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. 
Y las necias dijeron a las sensatas: 
- Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas. 
Pero las sensatas contestaron: 
- Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis. 
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. 
Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: 
- Señor, señor, ábrenos. 
Pero él respondió: 
- Os lo aseguro: no os conozco. 
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

Comentarios Papa Francisco
¿Qué quiere enseñarnos Jesús con la parábola de las diez vírgenes? Nos recuerda que debemos permanecer listos para el encuentro con Él. Con esa parábola nos dice que velar no significa solamente no dormir, sino estar preparados. La lámpara es el símbolo de la fe que ilumina nuestra vida, mientras que el aceite es el símbolo de la caridad que alimenta y hace fecunda y creíble la luz de la fe.