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Pedís y no recibís, porque pedís mal

Evangelio del día

Queridos hermanos:
¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que amar el mundo es odiar a Dios?
El que quiere ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios. No en vano dice la Escritura: «El espíritu que Dios nos infundió está inclinado al mal». Pero mayor es la gracia que Dios nos da. Por eso dice la Escritura: «Dios se enfrenta con los soberbios y da su gracia a los humildes».
Someteos, pues, a Dios y enfrentaos con el diablo, que huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y Dios se acercará a vosotros. Pecadores, lavaos las manos; hombres indecisos, purificaos el corazón, lamentad vuestra miseria, llorad y haced duelo; que vuestra risa se convierta en llanto y vuestra alegría en tristeza. Humillaos ante el Señor, que él os levantará.

Salmo

Sal 54, 7-8. 9-10a. 10b-11. 23

R. Encomienda a Dios tus afanes, que él te sustentará.

Pienso: «¡Quién me diera alas de paloma
para volar y posarme!
Emigrarla lejos,
habitarla en el desierto».

«Me pondría enseguida a salvo de la tormenta,
del huracán que devora, Señor;
del torrente de sus lenguas».

Violencia y discordia veo en la ciudad:
día y noche hacen la ronda sobre sus murallas.

Encomienda a Dios tus afanes,
que él te sustentará;
no permitirá jamás que el justo caiga.

Evangelio

El Hijo del hombre va a ser entregado. Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9,30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía:
- El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.
Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó:
- ¿De qué discutíais por el camino?
Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
- Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.
Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
- El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Comentarios del Papa Francisco

El Señor parece preguntarnos: “¿De qué discutíais por el camino?”. Y nos sentimos confundidos por la distancia que existe entre la llamada del Señor y nuestra pobre respuesta. Ante su mirada misericordiosa no podemos fingir que nuestra división no es  un escándalo, un obstáculo para el anuncio del Evangelio de la salvación al mundo. Nuestra vista está ofuscada a menudo por el peso causado por la historia de nuestras divisiones, y nuestra voluntad no siempre está libre de la ambición humana que a veces acompaña a nuestro deseo de anunciar el Evangelio. (16-6-2014).