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Palacio del Santo Duque de Gandía

Declarado Bien de Interés Cultural desde 1964, es uno de los edificios civiles más representativos del patrimonio histórico valenciano. Su interior acoge un variado muestrario de estilos arquitectónicos, con vestigios del primitivo palacio gótico de los siglos XIV y XV, aportaciones renacentistas del XVI, ampliaciones y transformaciones barrocas propias de los siglos XVII y XVIII, y finalmente reconstrucciones neogóticas de finales del siglo XIX y principios del XX.

La fachada, el patio de Armas, el Salón de Coronas, o el Oratorio, son solo algunos de los espacios por los que pasó Francisco de Borja, y en los que se pueden percibir su obra y gracia mientras fuera IV Duque de Gandia, y antes de unirse a los jesuitas.

Patio de Armas. Al cruzar la puerta principal del Palau Ducal dels Borja se abre ante el visitante el zaguán de entrada, separado del magnífico Patio de Armas por un impresionante arco escarzano y cubierto por una techumbre de madera decorada con pintura del siglo XIV.

Actualmente en el ala norte del patio, en lo que originariamente fueron las caballerizas del edificio, se encuentra ubicada la iglesia del Sagrado Corazón.

Salón de Coronas. Una de las estancias más importantes de la planta noble es sin duda el Salón de Coronas, remodelado en tiempos de San Francisco de Borja y cuya denominación se debe al motivo de la doble corona que decora todo el artesonado. Este emblema Alejandro VI lo utilizó como símbolo en su coronación papal y serán ya sus descendientes los que lo adoptarían como distintivo propio. En el friso superior se conserva el sabio consejo del duque a sus hijos, tomado de las epístolas de San Pablo y que en castellano se traduce:

“Corred para comprender que solo será coronado aquel que pelee según la ley”.

Capilla neogótica. En el siglo XVI era el despacho utilizado por el duque. Tras la adquisición del palacio por parte de la Compañía de Jesús se construyó la actual capilla consagrada a San Francisco de Borja. La capilla da acceso a una habitación donde se puede apreciar la máscara mortuoria de Francisco de Borja y los azulejos de Manises del siglo XVI.

Adherida a este despacho se ubica el Oratorio donde los duques y duquesas de la familia Borja practicaban sus oraciones.

Cámara de la Duquesa. Según la tradición es la habitación en la cual nació San Francisco de Borja. De los elementos artísticos que la decoran destaca el pavimento cerámico con azulejos de finales del siglo XV, el cojín de tela con el escudo de los Borja y la casulla del santo traída de Roma. Además, en esta sala también se puede ver la maqueta del edificio tal y como era al acabar la fase de su construcción.

Salón de las águilas. Ubicado en el lateral de la fachada principal de la planta noble es una de las primeras intervenciones barrocas del edificio realizadas por la familia Borja.

Sala verde. Dedicada en la actualidad a la Compañía de Jesús con retratos y esculturas de los principales jesuitas y donde destaca los restos del catre en donde falleció Francisco de Borja en Roma y dos de sus cartas manuscritas.

Sala de la torrecilla. En ella se encuentra la primitiva escalera de caracol de origen islámico. Según la tradición fue el aposento de la duquesa María Enríquez, donde destaca sobremanera uno de los pavimentos más antiguos de todo el palacio.

Galería Dorada. Se encuentra entre las construcciones que más han embellecido y caracterizado el Palacio Ducal, y constituye el elemento arquitectónico y artístico más significativo del monumento, siendo un referente excepcional de la arquitectura civil barroca valenciana.

El motivo de su construcción llevada a cabo por el Xº duque de Gandia fue la conmemoración de la canonización de San Francisco de Borja.

Da nombre a la galería la profusión de ornamentación dorada sobre los elementos decorativos en talla de madera. Se trata de un perfecto trompe l’oeuil arquitectónico que juega con las perspectivas y la luz, creando un clima escenográfico impresionante.

Datos útiles:

– Carrer del Duc Alfons el Vell, 1 - Gandía

– Horarios de visita: de martes a sábado de 10:00h a 14:00h y de 16:00h a 20:00h.

Domingos y festivos de 10:00h a 14:00h*

Para saber más:

– “El Duque de Gandía - El noble santo del primer imperio”. Andro Xavier, 1958. Espasa Calpe.

– Web: https://www.palauducal.com/

Web del Año Jubilar

En ella el peregrino encontrará la información relevante, con las noticias más destacadas que guardan relación con el jubileo borgiano, pero también los enlaces a los templos jubilares, donde se puede obtener la debida indulgencia plenaria.

En la página web también aparece la oración del Año Santo, que está dividida en dos partes: una primera en la que se traza un breve perfil biográfico, en el que se destacan tres aspectos de su vida especialmente interesantes para nuestro tiempo: su vida familiar, su compromiso como gobernante y su vida interior centrada en la eucaristía. La segunda parte de la oración está inspirada en peticiones de los ejercicios espirituales ignacianos que, con seguridad, el Santo Duque hizo suyas.

Francisco de Borja

(1510-1572)

Nace en Gandia en 1510 y muere en Roma en 1572. Biznieto del papa Alejandro VI por vía paterna, y biznieto del rey Fernando el Católico por vía materna, fue el más importante de los duques de Gandia.

A los 18 años entró en la corte del Emperador Carlos I de España.

A los 19 años contrajo matrimonio con una de las damas preferidas de la emperatriz, la portuguesa Leonor de Castro. En 1530 nació el primero de sus ocho hijos al que pusieron de nombre Carlos, en honor del emperador al que servía.

Durante su vida en la corte, el año 1539 Francisco vivió uno de los pasajes más significativos de su vida: la muerte de la emperatriz Isabel de Portugal, por la que él sentía un gran afecto.

Después de cuatro años ostentando el cargo de virrey de Cataluña y tras la muerte de su padre, Juan de Borja, Francisco hereda en 1543 el título de IV duque de Gandia, y regresará al palacio de Gandía. Durante su estancia, se ocupa entre otras cosas de la ampliación de las murallas, de la reforma del antiguo Hospital y de la construcción de la universidad, primera universidad jesuita del mundo. También se ocupó de ayudar y proteger a las órdenes religiosas del ducado.

A sus cuarenta años, y tras la muerte de su esposa Leonor de Castro, Francisco de Borja, abandonando todo cuanto le ligaba a su anterior vida de corte, entró en 1548, bajo la supervisión de San Ignacio de Loyola, en la recién fundada compañía de Jesús, de la que llegará a convertirse en su III General en 1564.