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¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?

Evangelio del día

Así dice el Señor Dios: 
- Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. 
No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. 
¿Acaso quiero yo la muerte del malvado -oráculo del Señor-, y no que se convierta de su conducta y que viva? 
Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las abominaciones del malvado, ¿vivirá acaso?; no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió, morirá. 
Comentáis: «No es justo el proceder del Señor». 
Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? 
Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. 
Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. 
Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.

Salmo

Sal 129, 1-2. 3-4. 5-7a. 7bc-8 
R. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? 

Desde lo hondo a ti grito, Señor: 
Señor, escucha mi voz; 
estén tus oídos atentos 
a la voz de mi súplica. 

Si llevas cuenta de los delitos, Señor, 
¿quién podrá resistir? 
Pero de ti procede el perdón, 
y así infundes respeto. 

Mi alma espera en el Señor, 
espera en su palabra; 
mi alma aguarda al Señor, 
más que el centinela la aurora. 
Aguarde Israel al Señor, 
como el centinela la aurora. 

Porque del Señor viene la misericordia, 
la redención copiosa; 
y él redimirá a Israel 
de todos sus delitos.

Evangelio
Todo el que esté peleado con su hermano será procesado 
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5,20-26 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
- Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. 
Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. 
Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. 
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. 
Con el que te pone pleito, procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.

Comentario del Papa Francisco

Jesús propone a quien le sigue la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, de ir más allá de todo cálculo. El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer las paces con el prójimo. Estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de manifestar nuestra devoción al Señor en la oración.