En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde.
Me habéis oído decir: «Me voy y vuelvo a vuestro lado». Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.
Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el Príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mí, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que lo que el Padre me manda yo lo hago.
Comentario del Papa Francisco
“La paz os dejo, mi paz os doy”. No una paz tranquilidad, sino una paz que va dentro, también una paz que nos da fuerza, que refuerza lo que hoy hemos pedido al Señor: nuestra fe y nuestra esperanza. En la vida debemos ir sobre caminos de tribulación pero esta es ley de vida. Pero en esos momentos debemos confiar en el Señor y Él nos responde con la paz. Este Señor que es Padre nos ama mucho y nunca decepciona. Hemos de pedir al Señor que refuerce nuestra fe y nuestra esperanza, y que nos dé confianza para para vencer las tribulaciones porque Él ha vencido al mundo… Confiar al Señor este momento difícil, confiar mi persona al Señor, confiar al Señor a nuestros sacerdotes y obispos, confiar al Señor nuestras familias, nuestros amigos y decirle al Señor: Cuida a estos que son los tuyos.