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Está cerca el reino de los cielos

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. 
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: 
- País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló. 
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: 
- Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos. 
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo. 
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba. 
Y le seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Trasjordania.

Comentario del Papa Francisco

Los Magos representan a los hombres de cualquier parte del mundo que son acogidos en la casa de Dios. Delante de Jesús ya no hay distinción de raza lengua y cultura: en ese Niño, toda la humanidad encuentra su unidad… Cristo es la luz verdadera que brilla; y, en la medida en que la Iglesia está unida a Él, en la medida en que se deja iluminar por Él, ilumina también la vida de las personas y de los pueblos… Necesitamos esta luz que viene de lo alto para responder con coherencia a la vocación que hemos recibido. Anunciar el Evangelio de Cristo no es opción más entre otras posibles, ni tampoco una profesión. Para la Iglesia, ser misionera no significa hacer proselitismo: es manifestar su propia naturaleza, es decir, dejarse iluminar por Dios y reflejar su luz.