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El nacimiento de Juan Bautista

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. 
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: 
- ¡No! Se va a llamar Juan. 
Le replicaron: 
- Ninguno de tus parientes se llama así. 
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Todos se quedaron extrañados. 
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. 
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: 
- ¿Qué va a ser este niño? 
Porque la mano del Señor estaba con él.

Comentario del Papa Francisco

¡Ven, Señor! Es una invitación a comprender qué sucede a nuestro alrededor: si viene el Señor o si no viene; si hay sitio para el Señor o hay sitio para las fiestas, para hacer compras, hacer ruido. Una reflexión que lleva a otra pregunta dirigida anosotros mismos: ¿Nuestra alma está abierta, como estaba abierta la Virgen? ¿O nuestra alma está cerrada y hemos colgado en la puerta un cartel, muy educado, que dice: Se ruega no molestar? Con la Virgen y con la madre Iglesia nos hará bien repetir hoy en oración estas invocaciones: oh sabiduría, oh llave de David, oh rey de las naciones, ven, ven. Una oración que se convierte en examen de conciencia, para verificar cómo es nuestra alma y hacer que sea un alma abierta, un alma grande para recibir al Señor en estos días. Un alama que comienza a sentir lo que manána en la antífona nos dirá la Iglesia: Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañana veréis su gloria.