Cuando bajaban de la montaña, los discípulos preguntaron a Jesús:
- ¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?
Él les contestó:
- Elías vendrá y lo renovará todo. Pero os digo que Elías ya ha venido, y no lo reconocieron, sino que lo trataron a su antojo. Así también el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos.
Entonces entendieron los discípulos que se refería a Juan, el Bautista.
Comentario Papa Francisco
Los fariseos y los doctores miran la fuerza de Juan, reconociendo en él a un hombre recto. Por ello fueron a preguntarle: ¿Pero eres tú el mesías? Para Juan fue el momento de la tentación y de la vanidad. Hubiese podido responder: No puedo hablar de esto…, terminando por dejar la pregunta en el aire. O podía decir: No lo sé… con falsa humildad. Juan fue claro y afirmó: No, yo no soy. Detrás de mi viene el que es más fuerte que yo y no soy digno de agacharme para desatarle la correa de sus sandalias. Así no cayó en la tentación de robar el titulo, no se adueño del oficio. Dijo claramente: Yo soy una voz, sólo eso. La palabra viene después. Yo soy una voz.