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No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: 
- ¿A quién se parece esta generación? 
Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: «Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado». 
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Tiene un demonio». Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: «Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores». 
Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios.

Comentario de Papa Francisco

Cristo habla siempre bien de los niños. Esta es la única vez que no habla tan bien de ellos. Se trata de una imagen de niños algo especiales: maleducados, descontentos, nada les gusta. Imagen para describir a los jefes de su pueblo, gente que no estaba abierta a la Palabra de Dios. Aceptar la verdad de la Revelación y no al predicador muestra una mentalidad fruto de una vida encerrada en precepto, compromisos, proyectos revolucionarios y espirituales sin carne. Son los cristianos que nos bailan cuando el predicador te da una hermosa y alegre noticia, y no lloran cuando el predicador les da una noticia triste, esos cristianos que están encerrados, prisioneros, que no son libres. Tienen miedo a la libertad del Espíritu Santo, que viene a través de la predicación.