Usted está aquí

No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan

En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: 
- Sígueme. 
Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: 
- ¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores? 
Jesús les replicó: 
- No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.

Comentario del Papa Francisco

Todos nosotros tenemos dentro algunas zonas, algunas partes de nuestro corazón, que no están vivas, que están un poco muertas; y algunos tienen muchos sectores del corazón muertos, una auténtica necrosis espiritual.Y cuando nosotros estamos en est situación y nos damos cuenta de ello, tenemos ganas de salir de allí, pero no podemos. Solo el poder de Jesús, el poder de Jesús es capaz de ayudarnos a salir de estas zonas muertas del corazón, estas tumbas de pecado, que todos nosotros tenemos. ¡Todos somos pecadores! Pero si estamos muy apegados a estos selpulcros y los custodiamos dentro de nosotros y no queremos que todo nuestro corazón resucite a la vida, nos convertimos en corruptos y nuestra alma comienza a dar “mal olor”, el olor de esa persona que está apegado al pecado. Y la Cuaresma es para esto. Para que todos nosotros, que somos pecadores, no acabemos apegados al pecado.