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No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

Evangelio del día

Lectura 1
Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos 4,12-16

Hermanos:
La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. Nada se oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de Aquél a quien hemos de rendir cuentas.
Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

Evangelio
No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores
Lectura del santo Evangelio según San Marcos 2,13-17

En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del lago; la gente acudía a él, y les enseñaba.
Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
- Sígueme.
Se levantó y lo siguió.
Estando Jesús a la mesa en su casa, de entre los muchos que lo seguían un grupo de publicanos y pecadores se sentaron con Jesús y sus discípulos.
Algunos escribas fariseos, al ver que comía con publicanos y pecadores, les dijeron a los discípulos:
- ¡De modo que come con publicanos y pecadores!
Jesús lo oyó y les dijo:
- No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.