Lectura 1
Llenad la tierra y sometedla
Lectura del libro del Génesis 1,26_2,3
Dijo Dios:
- Hagamos al hombre
a nuestra imagen y semejanza;
que domine los peces del mar,
las aves del cielo,
los animales domésticos,
los reptiles de la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen;
a imagen de Dios lo creó;
hombre y mujer los creó.
Y los bendijo Dios y les dijo:
creced, multiplicaos,
llenad la tierra y sometedla;
dominad los peces del mar,
las aves del cielo,
los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: mirad, os entrego todas las hierbas
que engendran semilla sobre la faz de la tierra;
y todos los árboles frutales que engendran semilla
os servirán de alimento;
y a todas las fieras de la tierra,
a todas las aves del cielo,
a todos los reptiles de la tierra
-a todo ser que respira-
la hierba verde les servirá de alimento.
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho:
y era muy bueno.
- Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.
Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.
Y concluyó Dios para el día séptimo
todo el trabajo que había hecho;
y descansó el día séptimo
de todo el trabajo que había hecho.
Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró,
porque en él descansó
de todo el trabajo
que Dios había hecho cuando creó.
Salmo
Sal 89, 2. 3-4. 12-13. 14 y 16
R. Haz prósperas, Señor, las obras de nuestras manos.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán».
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vela nocturna.
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos.
Por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Evangelio
¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13,54-58
En aquel tiempo, fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada:
- ¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?
Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús les dijo:
- Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta.
Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.
Comentario del Papa Francisco
San José se merece todo nuestro reconocimiento y nuestra devoción por el modo en que supo custodiar a la Virgen Santa y al Hijo Jesús. Ser custodio es la característica de san José: es su gran misión, ser custodio. Miremos a José como el modelo del educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino de crecimiento en sabiduría, edad y gracia, como dice el Evangelio. Él no era el padre de Jesús: el padre de Jesús era Dios, pero él hacía de papá de Jesús, hacía de padre de Jesús para ayudarle a crecer. ¿Cómo le ayudo a crecer? En sabiduría, edad y gracia.