Usted está aquí

Marchena, la bella desconocida

Fue reconquistada por Fernando III el Santo el 20 de enero de 1240 y concedida en señorío en 1309 al bisnieto del rey Alfonso IX de León, don Fernando Ponce de León. Durante varios siglos estuvo en manos de esta ilustre familia, de la que procede la casa de Arcos, posteriormente fusionada con el Ducado de Osuna. Su calidad de capital del señorío le ha dejado a la ciudad un rico patrimonio.
Su casco histórico conserva parte de las murallas árabes almohades, que rodeaban al antiguo castillo de la Mota, convertido posteriormente en el palacio Ducal. La altivez de sus varias puertas, en especial el Arco de la Rosa, nos da idea de la importancia que tuvo la ciudad. Actualmente, en la Puerta de Morón se aloja el museo del escultor Lorenzo Coullaut Valera, 1873- 1932, nacido en esta ciudad y autor de numerosas estatuas que decoran las ciudades Madrid y Sevilla.
Dentro del recinto amurallado, junto a la Plaza Ducal, se encuentra la iglesia de Santa María de la Mota, construida en el siglo XVI, de estilo gótico y mudéjar, con alta torre, y que era la capilla privada de los duques. Al lado, el convento de la Inmaculada Concepción del siglo XVI-XVIII, franciscanas clarisas, que posee un importante patrimonio artístico y una hospedería.
La zona alta de la ciudad sorprende al visitante por sus calles largas con viviendas que se caracterizan por sus rejas y varias Casas- Palacio y señoriales con fachadas nobles de piedra o ladrillo muy hermosas, como la del Ave María, del siglo XV, residencia de los Alcaldes de la Mota, la de Nicolás Díez o la de calle Mesones.
Pequeña catedral
La gran joya de la ciudad es la parroquia de San Juan Bautista, de dimensiones catedralicias, con su alta torre que domina la ciudad. Por su arquitectura y por su contenido artístico constituye una de las más importantes de la provincia de Sevilla. Debió fundarse en los tiempos inmediatamente posteriores a la toma de la ciudad y quizá estuvo ligada a la orden de San Juan, de ahí su nombre. Está construida en estilo gótico mudéjar. Ya en 1520 tenía establecida su base, como templo. Posteriormente, en los siglos XVII y XVIII se amplia, de tres naves a cinco. En el siglo XVI se hacen los dos retablos, el mayor y el del sagrario, y la custodia. De todo el conjunto de la parroquia cinco cosas que destacan.
El retablo mayor lo realizan los artistas Jorge y Alejo Fernández, autores principales del correspondiente en la Catedral de Sevilla. Se concibe como una gran representación plástica, y de catequesis, sobre la acción salvadora del Mesías desde su Encarnación hasta su Transfiguración gloriosa, y sobre la obra precursora de Juan el Bautista, cuya degollación es la advocación titular del templo.
La custodia, considerada como una de las obras más importantes de la platería andaluza, es otra de las joyas de esta parroquia. Se trata de una magnífica pieza realizada por Francisco de Alfaro entre los años 1575 y 1580, en la que, por primera vez
se introduce la arquitectura de Miguel Ángel en Florencia, en la platería española. A partir de ahí, todas las custodias españolas siguen este modelo.
El órgano situado en el lado del Evangelio es el de Juan Chavarría, construido en 1765. Pero como les parecía poco órgano, en 1802 le encargan uno monumental a don Francisco Rodríguez, con mecanismos que sólo llegarían a Europa 60 años después. Con un poco de suerte, tu visita puede ser agraciada con la improvisada interpretación de alguna pieza, ejecutada con maestría por el generoso párroco emérito, don Juan Ramón Gallardo.
El coro, de factura barroca, está situado en el primer tramo de la nave central. Su sillería fue tallada por Juan Valencia con diseños de Jerónimo de Balbás, entre los años
1719 y 1722.
Finalmente, en la sacristía, encontramos varias esculturas de Alonso Cano y hasta nueve cuadros de Zurbarán.
Otras importantes iglesias
Fuera del viejo casco histórico amurallado encontramos un buen conjunto de iglesias y capillas de gran contenido artístico. Trataré de enumerarlas muy someramente.
Capilla de la Vera Cruz es un pequeño templo del siglo XVI, con portada barroca con espadaña. Su retablo churrigueresco está dedicado a este cristo Crucificado, obra de Roque Balduque. La cofradía custodia una preciosa reliquia del Lignun Crucis, cedida en usufructo por la familia local González Martín, y que es portada por un miembro de dicha familia durante la estación de penitencia que realiza la Hermandad el Jueves Santo.
Capilla de la Milagros
Conserva el estilo de la vieja ermita, de tradición mudéjar. El siglo XIX se convirtió en hospital regentadopor las Hijas de la Caridad.

Iglesia de San Agustín
Destaca majestuosa sobre el caserío de la ciudad. De austera fachada barroca y neo-clásica con dos torres al estilo del Escorial, fue fundado en el siglo XVII como convento agustino. Alberga el panteón de los Ponce de León. Posee también un magnífico claustro de arcadas con columnas.

Iglesia de Santo Domingo Perteneció al convento dominico fundado en el siglo XVI. Custodia la imagen de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XVI patrona de Marchena.
Iglesia de Santa Clara  Antiguo convento de las clarisas franciscanas (siglo XVII XVIII).
Parroquia de San Sebastián  (siglo XVIII). Destaca la airosa cúpula de la capilla Sacramental y la torre. El retablo mayor de madera pintada lo preside el patrón de la ciudad: San Sebastián.
Parroquia de San Miguel.
Iglesia gótico-mudéjar del siglo XVI, reformada en los siglos XVII y XVIII, al estilo barroco neo clásico. Llama la atención la puerta de entrada y su alta torre, de dos cuerpos.
Iglesia de Santa Isabel
Construida en el siglo XVI, de estilo renacentista. Fue antiguo colegio jesuita de la Concepción fundado por San Francisco de Borja.
Iglesia de San Andrés  (siglo XVI). De estilo gótico mudéjar. Convento de mercedarias desde el siglo XVII.
Fiestas religiosas Las fiestas religiosas de Marchena animan y dan extraordinario colorido a su serena existencia: el 5 de enero la Cabalgata de los Reyes Magos; el día 20 salida procesional de San Sebastián, patrón de Marchena. En primavera, claro está, la Semana Santa, con gran protagonismo de las saetas, ya que se considera que tienen su origen allí. Romería de San Isidro y las Cruces en   mayo. El Corpus, en junio con la magnífica custodia del siglo XV. Salida y llegada de la Hermandad del Rocío. En septiembre procesionan la Virgen de los Remedios y la Divina Pastora. En octubre la patrona: la Virgen del Rosario. Y en diciembre la Inmaculada, con salida de la Virgen de la Medalla Milagrosa.
Tradición flamenca
Y, por si fuera poco, Marchena es, además, una ciudad con gran tradición flamenca, cuna de grandes cantaores, como Pepe Marchena y guitarristas como Melchor de Marchena, el más representativo del toque gitano. La ciudad los recuerda con sendos monumentos. Sobre las tablas de la Plaza de San Juan, se celebra todos los años la “Fiesta de la Guitarra de Marchena” en la segunda quincena de julio.