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Madre e hija en una barca

Madre e hija en una barca

El reconocido pintor americano Edmund Charles Tarbell acudió a París en 1883 para perfeccionar su estilo en la Académie Julian en donde recibió una formación académica rigurosa que, invariablemente, incluía la copia de pinturas de maestros antiguos en el Louvre, pero también las influencias del movimiento impresionista que día a día iba ganando más fuerza. París era el centro del mundo del arte en aquel entonces. Antes de regresar a Boston, tres años después, donde se casaría, viajó por algunos países de Europa. Tenía veintiséis años.

Su mujer, Émeline, y la primera de sus cuatro hijos, la pequeña Josephine, aparecen aquí retratadas al final de un tranquilo paseo en barca. Con fuertes toques de color puro, reproduce los reflejos de la luz sobre la superficie ondulada del agua y los rayos del sol sobre la barca, filtrados por el follaje que domina la orilla del lago.

La pintura nos envuelve con su agradable sombra. Nos hace sentir el aire cálido y escuchar el chapoteo del agua contra los costados del bote y el fresco olor del agua. La escena trasmite calma, distinción, dulzura, bondad. Atributos de una de las más bellas creaciones de Dios: el amor materno.

Edmund Charles Tarbell (1862 – 1938) nació en West Groton, al lado del río Squannacook, en Massachusetts. Junto con su hermana mayor, se crió con sus abuelos paternos. Tras su formación académica en Boston y París comenzó su carrera en 1886 como ilustrador, profesor de arte y pintor de retratos. Se casó con Emeline Souther, una estudiante de arte e hija de una prominente familia de Dorchester. Fue uno de los primeros y ávidos defensores del Movimiento del Renacimiento Colonial (asociado generalmente con la moda provincial del siglo XVIII para los estilos georgiano y neoclásico) coleccionando antigüedades americanas. Junto con otros artistas fundó en 1914 la sociedad “The Guild of Boston Artists” para alentar al arte y promocionar a los artistas en la ciudad.