En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron.
Apenas desembarcados, algunos lo reconocieron y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas.
En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Comentario del Papa Francisco
Los que lo tocaban se curaban. Es la segunda creación de Dios… Cuando escuchamos que la gente hace reuniones para pensar en cómo cuidar la Creación, podemos decir: -Pero no, ¡son los verdes! ¡No, no son los verdes! ¡Esto es cristiano! Es nuestra respuesta a la “primera creación” de Dios. Un cristiano que no cuida la creación, es un cristiano al que no le importa el trabajo de Dios. La segunda creación es dejarnos reconciliar con Dios, ir por el camino de la reconciliación, porque la reconciliación es el trabajo de Cristo. No debemos afligir al Espíritu Santo, que trabaja dentro de nosotros. Creemos en un Dios personal: es persona Padre, persona Hijo y persona Espíritu Santo. Que el Señor nos dé la gracia de entender que Él trabaja y nos dé la gracia de responder justamente a este de amor.
