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Herodes mandó matar a todos los niños en Belén

Evangelio del día

Lectura 1
La sangre de Jesús nos limpia los pecados 
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1,5_2,2 

Queridos hermanos: 
Os anunciamos el mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. 
Si decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia los pecados. 
Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. 
Si decimos que no hemos pecado, le hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. 
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.

Salmo
Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8 
R. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador. 

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, 
cuando nos asaltaban los hombres, 
nos habrían tragado vivos: 
tanto ardía su ira contra nosotros. 

Nos habrían arrollado las aguas, 
llegándonos el torrente hasta el cuello; 
nos habrían llegado hasta el cuello 
las aguas espumantes. 

La trampa se rompió, y escapamos. 
Nuestro auxilio es el nombre del Señor, 
que hizo el cielo y la tierra.

Evangelio
Herodes mandó matar a todos los niños en Belén 
Lectura del santo evangelio según san Mateo 2,13-18 

Cuando se marcharon los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: 
- Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. 
José se levantó, cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: «Llamé a mi hijo, para que saliera de Egipto». 
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un grito se oye en Rama, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».

Comentario del Papa Francisco
Sí, hay esperanza para tu fututo - oráculo del Señor – los hijos regresaran a su patria (Jer 31,16-17). Este texto de Jeremías es luego retomado por el evangelista Mateo y aplicado a la matanza de los inocentes. Un texto que nos pone ante la tragedia de la matanza de seres humanos indefensos, del horror del poder que desprecia y destruye la vida. Los niños de Belén murieron a causa de Jesús. Y Él, Cordero inocente, luego morirá, a su vez, por todos nosotros. El Hijo de Dios ha entrado en el dolor de los hombres.