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Estaban al acecho para ver si curaba en sábado

Evangelio del día

Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. 
Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. 
Los letrados y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. 
Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: 
- Levántate y ponte ahí en medio. 
Él se levantó y se quedó en pie. 
Jesús les dijo: 
- Os voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir? 
Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: 
- Extiende el brazo. 
Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. 
Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

Comentario del Papa Francisco

El relato de Lucas sitúa ante los ojos una doble esclavitud: la del hombre “con la mano paralizada, esclavo de su enfermedad” y la “de los fariseos, los escribas, esclavos de sus actitudes rígidas, legalistas”. Jesús libera a ambos: hace ver a los rígidos que aquella no es la vía de la libertad; y al hombre de la mano paralizada le libera de la enfermedad. ¿Qué quiere demostrar? Que libertad y esperanza van juntas: donde no hay esperanza, no puede haber libertad.