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¿Es bueno o malo tener crisis?

Escritor

La felicidad tiene que ver con mi actitud. Es mi actitud la que hace que me sienta feliz o desgraciado, no las circunstancias. Los sentimientos están influenciados por mi actitud. Una actitud adecuada genera una disposición feliz. La felicidad no se encuentra en el futuro ni en los fines de semana. Se encuentra entre lo que tengo que hacer ahora. Aprender a vivir el presente con criterio, posibilita disfrutar de ¡este momento! Este combate en mi realidad concreta, hace que pueda realizar lo mejor ¡ahora!

Las virtudes perfeccionan a la persona y la embellecen en su interior. Pero tenemos que tener claro que adquirir cualquier virtud supone un esfuerzo. Y ese esfuerzo se requiere para pasar a la acción. Por ejemplo, una hija, un hijo, tiene que saber que si quiere ser leal, sincera/sincero, amable,  sólo lo conseguirá si hace actos de lealtad, sinceridad, amabilidad, etc. Hay que preguntarles ¿quieres ser una persona a medio hacer? Pues lo serás si no te esfuerzas con el ejercicio. Y una persona a medio hacer, desafina allá donde se encuentre porque no ha roto las cadenas que la atan al capricho, a la comodidad, al gusto, a la apetencia… Es un títere de sus impulsos.

Para unos padres que no sepan por dónde empezar les diría que se adecúen a la edad de cada hija/hijo y que sepan que -como las virtudes están relacionadas unas con otras- cuando nos esforzamos por adquirir una, mejoramos de forma global.

Propongo unos cuantos objetivos para facilitar centrarse en uno y comenzar por él.

Cuidar el orden en la habitación.

Hacer ejercicios para fortalecer la voluntad ante los caprichos, los gustos, etc.

Crecer en responsabilidad mediante pequeños encargos en casa.

Crecer en autodominio superando las rabietas, los bote-prontos, el afán de ser escuchada/escuchado…

Aprender a perder y poner buena cara ante una derrota.

Mostrar interés por la persona más que por lo que esta tiene.

Respetar un horario de estudio personal.

Tener constancia: terminar lo que estoy haciendo.

Saber obedecer: hacer lo que me dicen… sin protestar o poner mala cara.

Ser generosa/generoso dedicando el tiempo libre a los demás.