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El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
- Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. 
Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. 
Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. 
Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio». 
Pues yo os digo: «El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio».