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Después de la Misa

Después de la Misa

LOS fieles salen de Misa. Las tradicionales cofias blancas de estas bretonas contrastan con el rigor de sus oscuros vestidos. Un radiante sol matinal baña los gruesos muros de esta típica iglesia de la región, rodeada de numerosas tumbas, salpicadas por cruces que se alzan implorando una oración. Es el momento de acordarse de los seres queridos, que ya se fueron, dedicarles unos minutos y el afecto de unas flores.

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Cuando la Reina Madre de Inglaterra falleció en el año 2002, su hija Isabel II recitó un poema en el funeral, Recuérdame, anónimo por aquel entonces:

Puedes llorar porque se ha ido,
o puedes sonreír porque ha vivido.
Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva
o puedes abrirlos y ver
todo lo que ha dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.
Puedes llorar, cerrar tu mente,
sentir el vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a ella le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

Hermoso poema que me ha hecho reflexionar.

Y siempre, desde luego, rezar por ellos. Y, por qué no, pedir su intercesión.

La piedad familiar se une con serena resignación ante la condición humana, que nos ayuda a esperar con confianza en la vida eterna, verdadero objetivo de nuestra vida en la tierra.

V I D A

El pintor francés ARMAND EUGÈNE BACH (1850-1921) es poco conocido. Sin embargo,

sus obras transmiten un mensaje particular y dan testimonio de la vida cotidiana de su tiempo. Tuvo por maestros a Cabanel y Detaill. Observa que su obra puede no tener un mérito especial, pero servirá de testimonio documental para el futuro. Vivo ejemplo de esto, es su cuadro “El Tribunal de Justicia”, depositado en el Tribunal de Apelación de Orleáns.