Hasta no hace mucho tiempo, se solía afirmar que las primeras cosas que se escribieron en la Biblia databan de la época de Salomón, allá por el siglo X a.C. Las últimas del Antiguo Testamento sabemos que se corresponderían con el libro de la Sabiduría, escrito
en torno al año 50 a.C. Por tanto, nos situamos ante un arco de diez siglos.
Respecto al Nuevo Testamento, los estudiosos suelen coincidir en que la Primera Carta a los Tesalonicenses que San Pablo
escribiría en torno al año 51 d.C. es el primer escrito de esta parte de la Biblia. Entre los últimos escritos suele colocarse la Segunda Carta de Pedro, redactada a finales del siglo I d.C. Por tanto, redondeando, el Nuevo Testamento fue formado en un periodo de unos cincuenta años.
Ofrecer una fecha cerrada para la composición de los diversos libros resulta difícil e incluso arriesgado. Más si se trata del Antiguo Testamento, donde la lejanía del tiempo dificulta conocer con mayor precisión detalles importantes que nos podrían arrojar luz sobre esta cuestión. A pesar de ello, y únicamente a modo orientativo, ofrecemos a continuación la cronología más comúnmente aceptada por los estudiosos:
