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Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy

En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: 
- Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros. 
Y los judíos comentaban: 
- ¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: «Donde yo voy no podéis venir vosotros»? 
Y él continuaba: 
- Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados. 
Ellos le decían: 
- ¿Quién eres tú? 
Jesús les contestó: 
- Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él. 
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. 
Y entonces dijo Jesús: 
- Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada. 
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Comentario del Papa Francisco

“Cuando levantéis al Hijo del hombre” Cristianos sí, pero… que no terminan de abrir el corazón a la salvación de Dios y siempre ponen condiciones. Y así el corazón se envenena. No aceptan el don de Dios con su estilo, eso es el pecado, eso es el veneno, nos envenena el alma y nos quita la alegría. Jesús toma sobre sí el veneno, el pecado. Y de esta tibieza del alma uno se cura solamente mirando la cruz. Miremos a la serpiente y su veneno, allí en el cuerpo de Cristo, el veneno de todos los pecados del mundo; y pidamos la gracia de aceptar los momentos difíciles. De aceptar el estilo divino de la salvación, de aceptar las cosas… de aceptar las vías por las cuales el Señor me lleva hacia delante. Esta Semana Santa que inicia el domingo próximo nos ayude a salir de esta tentación y de ser cristianos sin “peros”...