Sabemos que a los jóvenes les cuesta “luchar” contra sus apetencias que les distraen de lo importante y, por ello, hemos de facilitarles la batalla contra la tv. Si evitamos que se enganchen, no tendrán que desengancharse… y lo agradecerán. ¿Qué podemos hacer al respecto?
Que sólo haya una tv en casa. No una en cada habitación. Esto distancia a cada hijo del resto de la familia.
Las comidas son momentos excelentes para el diálogo, no para ver la tv. La televisión encendida sofoca el interés y la atención por los demás.
Tener un horario previamente determinado para ver la tv hace que los hijos alcancen una cierta autonomía.
Utilice los programas televisivos que ven sus hijos para estimular actividades que despierten en ellos la participación. De este modo la tv podrá convertirla en un instrumento de aprendizaje.
Es importante evitar tener la tv como “canguro”. Si está haciendo una tarea en casa, los hijos pueden participar también en los quehaceres de la casa. Déles la oportunidad de sentir que le ayudan.
No utilice la tv como instrumento de premio o castigo. Sus hijos podrían pensar que se trata del mejor y más importante pasatiempo al que pueden acceder.
No permita que la tv desplace lo importante: el diálogo, la creatividad, la lectura y la diversión. Si tiene un canal de cable puede cancelarlo y utilizar dicho dinero para comprar juegos o libros. No se asuste si su hija o su hijo le dice: "estoy aburrido". El aburrimiento despierta la creatividad. Pueden fijar ciertos días de la semana como días sin tele y sustituirlos por noches de tertulias y concursos.
Si se plantean seriamente ver menos la televisión, pronto comprobarán cuánto tiempo han ganado en creatividad, diversión y afectos.
