Juan fue el precursor de Jesucristo; bautizó a Jesús en el Jordán y fue el último de los grandes profetas del Antiguo Testamento. El nacimiento de Juan es celebrado por la iglesia como algo sagrado; nació unos 6 meses antes que Jesús (24 de diciembre). Juan nace cuando su madre Isabel, esposa de Zacarías, era ya anciana; su padre profetizó lo que sería su hijo diciendo: “Tú, hijo mío, serás llamado Profeta del Altísimo; porque irás ante la faz del Señor para preparar sus caminos y anunciar a su pueblo la nueva de la redención de sus pecados”.

Nació en el castillo de Wawerl, en Cracovia (Polonia) el 3 de Octubre de 1458, siendo el tercero de los trece hijos de los reyes Casimiro IV e Isabel, hija del emperador de Austria, una fervorosa católica que se esmeró con toda su alma porque sus hijos fueran entusiastas y practicantes de la religión. Era nieto de Ladislao II Jagellón, rey de Polonia, que introdujo el Cristianismo en Lituania.

Santa Gema fue una santa digna de ser admirada. Nació en Lucca (Italia) el 12 de Marzo de 1878, en el seno de una familia pobre, y falleció en Pisa el 11 de Abril 1903.

Se desconoce cómo pasó su juventud, pero ya en el año 626 fue nombrado obispo de Zaragoza.

Este Santo fue un buen obispo que se encontró lleno de dolor por todo lo que iba viendo y oyendo en un pueblo totalmente invadido y asolado por los reyes francos Merboco y Quildeberto.

La Gruta de la Anunciación del Señor es uno de los lugares de Tierra Santa que al visitarla, sentiremos una gran emoción.

Al llegar la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las reliquias del cuerpo de la mártir Juliana con la intención de llevarlas consigo a Roma. Desembarcó en Puzoli (Italia) donde edificó un templo que posteriormente sería destruido por los lombardos. Esas reliquias se trasladaron a Nápoles donde hoy reposan y se veneran.