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Cáritas, calor de hogar

Escritor

En Roma se creó una congregación consagrada a esta diosa, y las mujeres que se ocupaban de mantener encendido el fuego sagrado del templo de Vesta debían ser vírgenes. Su virginidad era un asunto muy grave que acarreaba la muerte. El servicio de estas mujeres duraba 30 años, después podían casarse. En el año 394 con el emperador Teodosio las vestales fueron disueltas.

Leyendo sobre esto de la diosa Hestia–Vesta, diosa del fuego y que da calor y  vida a los hogares, he pensado en Cáritas de la Iglesia Católica, ya que según sus posibilidades da calor y vida a muchos hogares necesitados de ello.

Esta institución ha lanzado un mensaje para este año: “Llamados a ser comunidad. Ama y vive la justicia.” Y en su suplemento Cáritas Diocesana Barbastro- Monzón, empieza diciendo: “estamos llamados a ser comunidad, esto es, aprender a vivir en común en la misma casa, en la tierra común que nos acoge a todos. Cuidar a las personas y cuidar la creación son pilares fundamentales para superar la pobreza, para lograr más convivencia en paz, en justicia y dignidad para todos.”

En cosa de dinero todos queremos más y una canción del ayer lo repetía: “el que tiene un duro quiere tener dos… y el de los 50 quiere tener 100.” Bueno es el dinero si lo empleamos bien, por ejemplo en ayudar a los necesitados y en la conservación del medio ambiente, de la tierra; porque ha escrito un personaje: “Sólo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado te darás cuenta de que no puedes comer dinero.”

Pero difícil es vivir todo esto si no vivimos con templanza, ya que al decir del poeta: “Somos hombres fieras bravías que devoran matan cuanto cría el mar, el cielo y la tierra.”