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Asociacionismo obrero católico

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El obrerismo católico en Francia alcanzó los 100.000 afiliados en 1913, y en el mismo año de la encíclica ya había reunido a 80.000 en Italia, cifra que para 1918 se elevaría hasta 800.000. En España movía a unos 36.000 en 1895, pero la constitución de sindicatos agrarios, con un gran auge desde 1905, llevaría a reunir 500.000 socios de la “Confederación Nacional Católico-Agraria” en 1919, los cuales representaban a dos millones de personas; en 1923 eran ya 600.000 las familias asociadas. El movimiento social-católico alemán contaba a finales del siglo XIX con 800.000 miembros encuadrados en sindicatos y otras organizaciones.

La fuerza del catolicismo social en el mundo obrero fue importante en el campo rural y en centros altamente industriales, como la alta Silesia, el valle del Po, Milán, Turín, Barcelona, Bilbao, Oviedo, el área de Hamm a Dunkerque… Si bien nunca fue tan numeroso como el sindicalismo socialista y comunista, fue una fuerza considerable en el mundo laboral y en algunas regiones fue mayoritario, pues lo cierto es que el predominio de unas u otras alternativas obreras variaba mucho según las zonas.

Presencia cristiana

En 1920 se fundó la “Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos” (C.I.S.C.), que englobaría tanto a sindicatos católicos como protestantes. En 1968, por indudable influencia del secularismo de la época y por competencia con la “Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres” (C.I.O.L.S., surgida en 1949), cambió su nombre por el de “Confederación Mundial del Trabajo” (C.M.T.), lo que hizo evidente la progresiva pérdida de su inspiración socialcristiana. En 2006 se dio paso a la creación de una nueva entidad, la “Confederación Sindical Internacional”. En España pertenece a ella la “Unión Sindical Obrera” (U.S.O., también integrada en la “Confederación Europea de Sindicatos”), que se fundó en 1961 de forma clandestina por no hallarse permitidos los sindicatos ajenos a la “Organización Sindical” en el régimen de Franco. Nació en círculos cristianos, pero después de la muerte de Franco y de la libre sindicación, muchos de sus afiliados se pasaron al sindicato socialista U.G.T. o al comunista “Comisiones Obreras”, por lo que U.S.O. quedó muy debilitada. Más tarde recuperaría fuerza y se ha mantenido independiente de cualquier partido político, aunque en años recientes fue evidente su tendencia hacia el “Partido Popular”. Es el único sindicato de ámbito estatal en España que tiene una caja de resistencia y solidaridad para sus afiliados con carácter permanente para ayudarles en caso de necesidad. Su líder más destacado durante muchos años ha sido Manuel Zaguirre.

Polonia – Lech Walesa

La figura más relevante del sindicalismo católico en los tiempos recientes ha sido Lech Walesa (nació en 1943), electricista de los astilleros de Gdansk y organizador del sindicato “Solidaridad” (“Solidarnosc”), que, en los años 70 y 80 del siglo XX, protagonizó en Polonia la defensa de los obreros, de la independencia nacional frente al yugo soviético, de la libertad y de la fe. Su figura y su influencia masiva resultaron molestos a los comunistas, pues dejaba en evidencia que aquello no era el “paraíso” proletario que el marxismo vociferaba en su propaganda.

Walesa estuvo en prisión en varias ocasiones, pero eso no hacía sino aumentar su prestigio nacional e internacional (“Premio Nobel de la Paz” en 1983). Con el paso de los años, se le debe considerar, junto con el papa San Juan Pablo II (con quien siempre estuvo muy unido) y con otras personalidades, como uno de los principales artífices de la caída del “Telón de Acero”. En 1990 se convertiría en presidente de una Polonia libre, pero aún con una fuerte presencia de antiguos comunistas en la política, y hubo de enfrentarse a la grandísima dificultad de sacar adelante a una nación en situación de miseria por la larga experiencia marxista y a la que ahora llegaba avasalladoramente el Occidente con sus empresas y sus propuestas capitalistas y consumistas. Sería tiempo después cuando los sucesores de Walesa pudieran afrontar con mayor éxito todos estos problemas, tanto desde el gobierno como en los momentos en que se han encontrado en la oposición.