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Ahora que comienza el curso

Unos padres frívolos y superficiales transmitirán a sus hijos el objetivo chato de perseguir el bienestar (estar bien) como cota máxima de sus vidas, por lo que, estas, girarán entorno a satisfacer los caprichos y deseos provocados por la atracción de lo fácil y placentero. Lo que derivará en lo contrario: un sentimiento de malestar dado que, la satisfacción de los caprichos, es un terreno abonado para el asentamiento de envidias, rivalidades, faltas de cariño, etc.

Unos padres sensatos, saben que la felicidad está en poner el foco de actuación en la mejora del ser. Es este enfoque lo que hará que los hijos construyan una personalidad amable. Por eso, unos padres sensatos los ilusionarán para que …

R Consigan la belleza y el atractivo que se adquiere con las buenas acciones y con la lucha interior por adquirir el autocontrol y el dominio sobre sí mismos.

R Desarrollen sus talentos y, para ello, les proporcionan las pautas que les permitan la construcción de una personalidad proactiva que genere en ellos deseos de abrirse a los demás.

R Adquieran la responsabilidad porque les van dando libertad con arreglo a su edad para que aprendan a tomar decisiones propias y elegir entre varias opciones.

R Sepan que jamás está todo perdido. Que siempre hay alternativas y que, el éxito, lo lograrán en la medida en que aprovechen los fracasos y no pierdan un instante en lamentaciones derrotistas.

Para terminar. Es bueno tener presente que la única criatura, en esta tierra, capaz de estropearse y degradarse es el ser humano. Y esto es, por la capacidad de elegir que tiene. En la medida que elige el bien, su personalidad se hace más atractiva. En la medida que elige el mal, su personalidad se hace más antipática.