Patrona contra los tormentas, rayos, terremotos, los derrumbes y los mineros. El culto de Santa Martina gana fuerza a partir del descubrimiento de su sepultura junto a las de los Santos Concordio y Epifanio (30 de enero).

Fundador de los mercedarios. La Virgen de la Merced o de la Misericordia, lo exhorta a fundar una orden religiosa cuyo carisma no sea otro que la redención de cristianos.

Patrono de las escuelas, de la educación y de los estudiantes. Escribió la famosa obra “Summa Teológica”.

De Timoteo no sabemos gran cosa, salvo las afirmaciones de Eusebio; continuó como obispo en Éfeso. De Tito, tenemos menos datos, fue otro obispo-eslabón. Pablo mantuvo con su discípulo un contacto epistolar en el que le dio instrucciones sobre las cualidades que debía prever para los futuros candidatos al orden sacerdotal, orientándole sobre las maneras de comportamiento con los fieles.

En el camino hacia Damasco, a inicios de los años treinta, Saulo, según sus palabras, fue «alcanzado por Cristo Jesús» (Filipenses 3, 12).

Patrono de la prensa católica.

Lo que más célebre le hizo, fue el opúsculo Perpetua virginidad de la Madre de Dios, en el que, después de refutar tres herejías en torno al misterio -quizá sean delicadas alusiones a personajes de la época- deja descubierta su alma en una torrentera de afectos a María Santísima.