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La iglesia de Uruguay que se convirtió en Patrimonio de la Humanidad (y que esconde una historia de amor)

Sí, en uno de los países más laicos de América Latina, una iglesia es Patrimonio de la Humanidad. Así ha quedado confirmado este 27 julio luego de que la Unesco incluyera en su lista de Patrimonio Mundial a la iglesia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes.

“Una alegría inmensa para nuestra parroquia. Alegría para la Iglesia, para el pueblo, la diócesis de Canelones, toda la Iglesia uruguaya y también para nuestro país que haya trascendido fronteras esta magnífica obra”, dijo el párroco Luis Díaz a Aleteia.

Eladio Dieste y su inspiración

La iglesia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes está ubicada a unos 50 kilómetros de la capital Montevideo (Ruta 11, km 164) en Estación Atlántida cerca del principal balneario del departamento de Canelones.

Su fecha de realización data de 1958 (finalizó en 1960) y sigue cautivando a los visitantes. Hasta se ha transformado en sinónimo de lo que puede hacer la arquitectura para emocionar, además del uso de la nueva técnica constructiva conocida como «cerámica armada».

“El expresivo movimiento de las curvas en paredes y techo, el sutil manejo de la luz y la maestría en la disposición del ladrillo, nos regalan una experiencia diferente en la contemplación y uso del espacio”, destaca una nota publicada por la propia Facultad de Arquitectura del Uruguay (artículo Extraído de Disparos sobre la arquitectura 4: Eladio Dieste 2003).

Detrás de esta magnífica obra se encuentra la creatividad e inspiración del ingeniero devenido en arquitecto Eladio Dieste(1917-2000), un hombre nacido en el departamento uruguayo de Artigas y convertido al catolicismo en su adolescencia, según recuerda una reseña publicada en «Desde La Matriz. 400 años del servicio y la presencia de la Iglesia en el Uruguay»

URUGUAY

«Mi facultad de Arquitectura»

«En el proyecto de esta iglesia, …procuré un estilo a la vez severo y amable de piedad, con una gran confianza en el espíritu cristiano de los humildes que han de usarla … Que la iglesia como arquitectura, no fuera un obstáculo para una piedad verdadera sino su manifestación primera”, recordó en alguna oportunidad el propio Dieste al hacer referencia a la iglesia Cristo Obrero.

«La iglesia de Atlántida fue ‘mi Facultad de Arquitectura’…Y una obra que ha tenido consecuencias importantes. Me cambió la vida”, llegó a reconocer el propio Dieste, a quien no en vano alguna vez hasta se lo llamó “El Señor de los Ladrillos”.

Basta una breve recorrida (en imágenes) para confirmar estos aspectos y entender también por qué muchos hasta se animan a recordar al famoso Antonio Gaudí por su estilo, aquello de las paredes onduladas que hizo en las escuelas pegadas a la Sagrada Familia de Barcelona (España) para los hijos de los obreros.

“Dieste fue un hombre creyente, creativo. A la vista está lo que hizo y que tocó el corazón del mundo entero”, aseguró Díaz.  

Alberto Giudice y Adela Urioste, servicio y amor

Por estas horas Uruguay se deslumbra por la noticia y los maravilloso que hizo Dieste a través de su trabajo. No obstante, detrás de esta famosa iglesia también aparece un tanto escondida una bella historia cargada de amor y servicio a la Iglesia. En este caso, protagonizada por un matrimonio: Alberto Giudice y Adela Urioste, conocidos popularmente como los “donantes”.

El actual párroco de la iglesia, testigo de la obra desde sus cimientos hasta la finalización y hasta con dos tíos que trabajaron como albañiles ahí, también fue el encargado de recordar el vínculo de este matrimonio católico y todo el bien que ha hecho para el desarrollo espiritual de la localidad.

“Esto me lleva a una memoria agradecida hacia los donantes. El señor Alberto Giudice y la señora Adela Urioste. Un matrimonio de fe que amó profundamente a Cristo y la Iglesia. Un matrimonio que se dedicó de lleno a la obra evangelizadora”, dijo Díaz.  

El párroco contó que, a través de beneficios, este matrimonio sin hijos logró colaborar con la ayuda de la construcción de la iglesia de Atlántida, lo mismo con la iglesia es conocida como la de las hermanas (cuya fachada se conserva) y que ellos la llamaban “iglesia-escuela”.

Descansan en la iglesia

“Desde allí evangelizaron, enseñaron y acompañaron a la gente en sus necesidades. En aquel entonces era una población de 1.500 habitantes.  Toda gente humilde, obrera. Luego miraron al costado, estaba ese terreno, y junto el ingeniero Dieste se proyectó toda esa obra. Allí se lanzaron y todos esos bienes los compartieron en la realización de la misma”, recordó el párroco.

Por último, Díaz contó que en la Iglesia de Cristo Obrero actualmente están los restos mortales del matrimonio, estos amables benefactores. Si bien permanecieron por varias décadas en un cementerio de Montevideo, el párroco se encargó de hacer todas las gestiones para que pudieran estar ahí.

“Con motivo del centenario de Estación Atlántida pude lograr traerlos y allí descansar en paz”, aseguró Díaz. 

Sin dudas una historia de compromiso y amor detrás del impacto de la noticia de una iglesia que se transformó en el tema de conversación del día en Uruguay.

Patrimonio de la Humanidad, ¿y ahora?

La obra arquitectónica de Dieste, que también se plasmó en otros sitios de Uruguay como la Iglesia de San Pedro en Durazno, entre otros, desde hace tiempo era motivo de vistas y abierta al turismo. Sin embargo, de aquí en más, la responsabilidad es aún mayor.

“Es todo un compromiso de mantener, embellecer y cuidar este legado que nos están dejando nuestros mayores”, dijo Díaz.

Por lo pronto, este 31 de julio habrá una misa solmene en la que participarán, además del actual obispo de Canelones, Herbierto Bodeant, autoridades nacionales para celebrar de manera oficial de declaración de la Unesco.

“Vivimos con sano orgullo que de este pueblo humilde y de trabajadores gracias a la creatividad del ingeniero Dieste haya trascendido al mundo”, prosiguió Díaz, quien finalmente también se animó a reflexionar acerca de qué es lo que más lo deslumbra cuando está en esta iglesia.

 “El abrazo de Dios que uno recibe. Vivir el culto a Dios, expresarle nuestro amor a Dios. El encuentro también con lo que es la comunidad”, concluyó.

La iglesia de Atlántida es la tercera en integrar la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco en Uruguay. Se suma al barrio histórico de Colonia del Sacramento (1995) y al Pasaje Industrial de Fray Bentos (2015).