Interpelado por el presidente del Partido Demócrata Cristiano, Jean-Frédéric Poisson, y por otras asociaciones católicas, el Consejo de Estado de Francia ordenó al gobierno «levantar la prohibición general y absoluta de las reuniones» en los lugares de culto en un plazo de ocho días.
A diferencia de otros países, desde el 24 de abril la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) envió un «plan de desconfinamiento» a las autoridades públicas, que fue dilatado por el gobierno cuando el 28 de abril pidió que esperaran hasta el 2 de junio para organizar las ceremonias. Pero los obispos franceses habían hecho al menos dos fuertes pronunciamientos:
- Los obispos franceses lamentan que se siga prohibiendo el culto religioso a la vez que se permiten otras actividades
- El obispo de Fréjus-Toulon acusa a Macrón de ofender a los cristianos por seguir prohibiendo el culto religioso público.
La noticia fue recibida con entusiasmo por los católicos en las redes sociales y significa que las Misas públicas pueden ahora reanudarse antes del domingo de Pentecostés, que cae el 31 de mayo. Queda por ver bajo qué condiciones se podrá reanudar el culto católico, y especialmente la Misa.
Distintas organizaciones católicas venían trabajando en ello, tanto jurídicamente como de manera concertada, y ya habían avanzado en los protocolos. «En cualquier caso, esta orden del Consejo de Estado acelerará el trabajo».
