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Tener fe ayuda a la hora de dormir

Tener fe ayuda a la hora de dormir

La mayor parte de nuestros insomnios son por darle vueltas a las cosas: los negocios, los hijos, las deudas, los exámenes, el dinero, la salud, las amistades. Algo en nuestro interior, mientras damos vueltas en la cama, nos pide calma. Y la calma no llega. Hasta que nos acordamos de Dios.

Un estudio publicado recientemente en el Journal for the Scientific Study of Religion (JSSR) demuestra lo anterior, es decir que la fe fuerte podría ser la clave para una buena noche de sueño. O para una buena vida con descanso nocturno reparador.

Más rápido, más profundo, mejor
Los investigadores descubrieron que “aquellos que creen en la salvación y sienten que tienen una relación inquebrantable con Dios”, tienden a dormir más tiempo (las necesarias 7 u 8 horas de sueño profundo, se duermen más rápido, alcanzan un buen sueño, se relajan y se sienten más descansados por la mañana gracias a la horas de sueño disfrutadas.

El estudio, que lleva por nombre “La calidad del sueño y el papel de amortiguación del estrés de la participación religiosa: un análisis de moderación mediada”, fue realizado por la Escuela de Sociología de la Universidad de Arizona (Estados Unidos) y publicado por el JSSR.

Terrence D. Hill, profesor asociado de la Escuela de Sociología de la Universidad de Arizona y coautor del estudio dijo que, en realidad, los hallazgos de esta investigación multidisciplinaria, “no le sorprendieron” .

Hill subrayó que “si crees que un poder superior está ahí fuera cuidándote, entonces lo que estás pasando ahora es temporal. Estas experiencias mundanas son temporales”. Según este investigador, las creencias religiosas firmes ayudan a sentir menos estrés y ansiedad al dar un sentido de esperanza a la vida, al reducir la tristeza y al tener un mejor estado anímico. Todo ello ayuda pues a dormir mejor y a tener buenas noches.

Arma letal en contra del estrés
El autor principal del estudio es Christopher G. Ellison, profesor de sociología en la Universidad de Texas en San Antonio. Su investigación, explicó Hill, “también muestra que la religión puede promover indirectamente el sueño al protegerse contra otros factores de riesgo, en este caso, el estrés”.

Según la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, las personas tienden a estar demasiado estresadas a la hora de ir a la cama. Les cuesta dormir cuando no pueden dejar de pensar en sus preocupaciones y frustraciones. La falta de relajación hace que experimenten tensión muscular. El sosiego no llega, aumenta la frecuencia cardíaca, lo que también agrava tensión física y la fatiga.

La religión puede ayudar con estas tensiones al reunir a personas que comparten creencias comunes de manera regular, lo que genera solidaridad y un sentido de propósito compartido. Los miembros de la Iglesia también tienden a prestarse asistencia mutua y promover prácticas de afrontamiento positivas, según el nuevo estudio. En definitiva, la ayuda recibida y la actitud positiva con la que afrontan y comparten la vida quienes tienen fe es reconfortante y evita desvelos.

“Por todas estas razones, es plausible que los feligreses regulares experimenten menos agitación a raíz de los eventos negativos de la vida y, en última instancia, una mejor calidad de sueño”, dice el informe.

Comunidad, solidaridad, oración
El estudio también encontró, sin embargo, que uno no necesariamente necesita una comunidad religiosa para reducir el estrés. Una práctica religiosa no organizativa, como la lectura frecuente de las Escrituras, la oración y la meditación, también puede reducir el estrés y facilitar un sueño sano y reparador, siempre que el individuo se sienta seguro en el apego a Dios y el lugar de la persona en la vida eterna.

“Los creyentes pueden ser incapaces de comprender por qué les ha sobrevenido una desgracia, pero, sin embargo, pueden dormir mejor por la noche sabiendo que el universo está bajo la vigilancia de una deidad que, al final del día, sigue muy preocupado por el bienestar del mundo y sus habitantes”, concluye el estudio.

Si eres de los que disfrutan del tesoro de la fe, no te olvides de tu ángel de la guarda antes de ir a dormir pues él también contribuirá a que tengas unos dulces sueños.