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Las reliquias de San Antonio llegan a Bilbao

San Antonio de Padua peregrina a Bilbao y Madrid

BILBAO. San Antonio de Padua, patrón de mujeres estériles, pobres, viajeros, albañiles, panaderos... Se le invoca por los objetos perdidos y para pedir un buen marido o una buena esposa. ¿Saben ese monolito que hay en Urkiola y del que se dice que hay que rodearlo varias veces para encontrar pareja? Es por él, que es uno de los dos titulares de santuario. Vino al mundo en el año 1195 en Lisboa y sus padres le pusieron Fernando, nombre que él cambió después por Antonio. Se postuló para ser fraile agustino, pero le conquistaron los franciscanos. Murió cerca de Padua, Italia, a los 36, se le hizo santo un año después y la Iglesia católica asegura que hizo 53 milagros en vida. Durante mucho tiempo se ha considerado a San Antonio de Padua (no confundir con San Antonio Abad) el de más devotos en todo el mundo. Últimamente se disputa este puesto con San Pío de Pietrelcina, que murió hace ocho años, más conocido como el Padre Pío o «el fraile estigmatizado», porque tenía las señales de la crucifixión impresas en sus manos.

En los principios del cristianismo comenzaron a conservarse y a tenerse en gran estima los objetos relacionados con «los que habían muerto por la fe». La Iglesia suele recordar que las reliquias de los santos no tienen ningún poder en sí mismas, pero han sido medios por los que «Dios manifiesta su poder». Por ejemplo, Dios no necesitaba ni de la vara ni de Moisés para hacer milagros milagros, pero quiso valerse de ambos. Asimismo, los restos de estas personas sirven a los creyentes para inspirarse en sus vidas e imitarlos. Pueden ser de tres grados. De primer grado si se trata de un fragmento del cuerpo. Segundo, si es una porción de su ropa o de algo que el santo usaba (un rosario, una Biblia, una cruz, etcétera). En el tercero se incluye cualquier objeto que toque a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo, o de una persona considerada santa pero no canonizada. Pues bien, en los últimos tiempos algunas reliquias de primer grado de San Antonio de Padua peregrinan por medio mundo. Pedacitos de su cuerpo como la lengua, una mejilla, el mentón... que se encontraron «incorruptos» años después de su entierro y cuentan con la correspondiente bula episcopal que certifica su autenticidad. En España se han expuesto una vez, fue el pasado abril en Ceuta. Ahora, en dos semanas, los fieles vizcaínos tendrán ocasión de contemplar una de las pruebas certificadas de la existencia del que se considera «santo de todo el mundo».

«Reanimar a la gente»

Será posible gracias a la asociación Consejo Particular de Bilbao de la Sociedad de San Vicente de Paúl en España, editora de la revista ‘El Pan de los pobres’, una publicación religiosa fundada hace 120 años en la calle Askao de Bilbao por el periodista y poeta Antonio de la Cuesta y Sainz (Burgos, 1864-Madrid, 1924) con el doble objetivo de difundir la devoción a San Antonio de Padua y contribuir a la formación e información católica «por todos los rincones de España». «No vamos a pedir que Dios haga un milagro en Bilbao, pero recibir a San Antonio es muy significativo y no cabe duda de que a la gente le debe de reanimar », sostiene Luis Fernando de Zayas y Arancibia, vicepresidente del Consejo.

La reliquia llegará el 4 de abril custodiada por dos frailes franciscanos conventuales –el tronco original de la orden del que brotaron las distintas reformas– procedentes de Arcella (Italia), una ciudad situada a un kilómetro de Padua donde San Antonio dio su último suspiro. Ambos traerán consigo uno de los tres bustos- relicario existente que contiene un trozo de piel del Santo. Se trata de una escultura de oro de unos sesenta centímetros de altura con la forma del tronco superior de un hombre de aspecto juvenil y rostro candoroso vestido con el hábito franciscano, tal y como suele representar la iconografía a San Antonio. En su brazo izquierdo sujeta al Niño Jesús, muestra de su intimidad con Dios, y en el derecho tiene grabadas unas azucenas, símbolo de pureza. La figura tiene una ventanita en el pecho en cuyo interior hay una porción de piel que se extrajo del sarcófago del fraile cuando se llevó a cabo la tercera exhumación de su cuerpo en 1981, a los 750 años de su fallecimiento.

El obispo de la diócesis de Bilbao, Mario Iceta, será el encargado de recibir esta reliquia en la iglesia de San Nicolás. Casualmente, en una de las tres capillas del templo, según entras a la izquierda, al fondo, hay una talla de San Antonio de Padua elaborada por Juan de Mena. Los fieles podrán venerar esta reliquia el martes antes de ser trasladada al convento de las capuchinas de Basurto y a la iglesia de San Antonio de Padua de Irala, un barrio que recuperó hace dos años la denominada ‘Fiesta del pan’, en memoria del santo.

Al parecer, este festejo tiene su origen en uno de los muchos prodigios atribuidos a San Antonio y que habla de que un niño que jugaba solo cerca de un recipiente lleno de agua cayó dentro y se ahogó. La madre, desesperada, recurrió a su fe al santo hizo el voto de dar a los pobres tanto trigo como pesaba su hijo si resucitaba. Y así fue. Nació entonces la devoción llamada ‘pondus pueri’, el peso del niño, con fines benéficos. Los padres prometían a San Antonio tanto pan como el peso de sus chiquillos, para que los protegiera de las epidemias y de otros males. Esta práctica decayó para renacer a finales del XIX. En muchas iglesias, junto a la imagen del fraile, hay una cajita con el letrero ‘pan de San Antonio’.

4 de abril, a las siete de la tarde. El obispo Mario Iceta recibe el busto-relicario en San Nicolás (Paseode El Arenal). 

5 de abril. Por la tarde se traslasdará a la Institución Benéfica del Sagrado Corazón (Monte Avril) y a las capuchinas de Basurto.

6 de abril. Visita a las Hermanitas de los Pobres en Santutxu, a las clarisas de Artebakarra (Derio) y, a las siete de la tarde, a la parroquia de San Antonio de Padua en Irala.

 Del 7 al 14 de abril. Viaja a Lerma y Madrid antes de regresar a Arcella.

‘El Pan de los pobres’ busca al lector joven en su 120 aniversario

Estos días, los diez trabajadores de la revista ‘El pan de los pobres’ acaban de estrenar una renovada página web (www.elpandelospobres. com). La publicación mensual llegó a tener 108.000 suscriptores. Hoy día, 120 años después de su fundación en la calle Askao de Bilbao, se mantiene en los 60.000 y busca la manera de atraer a lectores jóvenes. «A veces nos preguntamos cómo se las arreglaría su fundador, Antonio de la Cuesta y Sainz, para tejer una red de corresponsales que la hicieran llegar a todos los rincones del país», afirma su actual director, Luis Fernando de Zayas y Arancibia.