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Las 11 procesiones de Semana Santa más espectaculares

Las 10 +1 procesiones de Semana Santa más espectaculares

La Semana Santa en España es una tradición centenaria llena de emotividad y colorido, ligada a la esencia propia de nuestra nación, con celebraciones muy diversas en las que se mezcla el fervor religioso con el arte.

En casi todas las grandes localidades se celebra la Semana Santa con diferentes procesiones de mayor o menor importancia. Silencio, tambores y pasos diversos, llenan las calles de los pueblos y ciudades de toda la geografía española.

Esta es nuestra selección de las 11 procesiones más espectaculares de la Semana Santa:

1. La procesión del Yacente en Zamora, Castilla y León
Las campanillas del viático y el golpear de los hachones en el suelo son los únicos sonidos que rompen el silencio en la impresionante procesión del Yacente de Zamora, cada Jueves Santo por la noche.

Grandes cruces de madera y miles de zamoranos emocionados acompañan el recorrido por estas calles hermosas de la ciudad que ‘no se ganó en una hora’, y la ruta termina en la plaza de Viriato, con la conmovedora interpretación del Miserere.

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La Semana Santa zamorana es sobria, elegante, profundamente sentida. Otros momentos especiales son el Juramento del Silencio que hace el alcalde en nombre de todos los zamoranos durante la procesión del Cristo de las Injurias; o la austeridad de la procesión de las ‘capas pardas’.

Además, Zamora cuenta con tradiciones gastronómicas especiales de Semana Santa, como las sopas de ajo en la madrugada del Viernes Santo, o el ‘Dos y pingada’ del Domingo de Resurrección que se suele tomar en los bares del barrio de La Horta.


2. La Madrugá del Viernes Santo en Sevilla, Andalucía
La del Viernes Santo es seguramente la noche más larga del año en Sevilla.

Su famosa ‘Madrugá’ llena de fervor las calles de la capital hispalense al paso del Jesús del Gran Poder, la Esperanza de Triana, la Macarena o el Cristo de los Gitanos, algunas de sus figuras más representativas.

Las saetas que se cantan desde los balcones son la mejor banda sonora para esta madrugada abarrotada de público y de sentimiento, en la que miles de costaleros se sacrifican bajo los pesados pasos de metales preciosos.

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Del más de medio centenar de procesiones con que cuenta la Semana Santa de Sevilla, una de las más emocionantes es la de La Macarena, la Virgen más piropeada, dulce imagen coronada bajo un palio barroco y con un manto espectacular, rodeada de flores.
3. La Procesión General de Valladolid, Castilla y León
Desde la media tarde del Viernes Santo, Valladolid se convierte en un magnífico museo al aire libre. Por sus calles desfilan los pasos de diecinueve cofradías en un despliegue de la mejor imaginería castellana de los siglos XVI y XVII.

Las tallas de Gregorio Fernández o Juan de Juni, como la hermosísima Virgen de las Angustias, impresionan sin oropeles, desfilando al ritmo de la música austera de los tambores, las cornetas y las dulzainas.

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Uno de los actos más curiosos es el Pregón de las Siete Palabras, que cada mañana de Viernes Santo recorre a caballo la ciudad para anunciar el Sermón que se celebra a mediodía en la plaza Mayor.

Además de un programa repleto de procesiones espléndidas, estos días las iglesias de toda Valladolid permanecen abiertas para poder admirar de cerca, sin prisas, la increíble calidad artística de sus tallas.

4. Procesión de los Legionarios de Málaga, Andalucía
A mediodía del Jueves Santo, a 180 pisadas por minuto, los legionarios desembarcan en el puerto de Málaga para llevar a hombros el Cristo de Mena, mientras miles de personas los esperan desde hace horas a la entrada de la iglesia de Santo Domingo.

Suenan las cornetas y se hace el silencio para disfrutar de uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa malagueña. Luego, tras los sones del ‘Novio de la Muerte’, Málaga se deshace una vez más en aplausos.

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Las emociones en Málaga son muchas. Los impresionantes tronos, algunos mecidos por 300 hombres; la procesión de Jesús ‘El Cautivo’, el más venerado en la ciudad, o la procesión de María Santísima de la O, que luce orgullosa su manto rojo, son inolvidables.

Una de las más curiosas es la de la Virgen de las Penas. Diez jardineros municipales utilizan tres mil doscientas margaritas blancas, mil ochocientos claveles también blancos, paniculada, helecho, rosas, helicornias… para tejer su manto.

5. La Pasión Viviente de Castro Urdiales, Cantabria
En realidad no es una procesión, sino una representación completa de la Pasión de Cristo, desde la Última Cena hasta la Resurrección. La villa cántabra de Castro Urdiales, asomada al Cantábrico, celebra cada Viernes Santo una conmovedora Pasión Viviente en la que participan todos los vecinos.

Lo mejor, los escenarios naturales donde se desarrolla este recorrido por las últimas horas de Jesucristo, desde la iglesia gótica de Santa María hasta el castillo-faro de Castro Urdiales, al borde del acantilado, o las vistas de toda la ciudad desde el ‘monte Calvario’.

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Aprovecha tu visita a Castro Urdiales para disfrutar de la gastronomía de Cantabria. Prueba pescados frescos como la lubina o el besugo, una de las especialidades de esta villa marinera, o las magníficas anchoas en aceite de oliva elaboradas en las industrias conserveras del municipio.

6. La procesión de las Turbas de Cuenca, Castilla-La Mancha
La procesión del Camino del Calvario, conocida popularmente como ‘Las Turbas’, sale cada madrugada de Viernes llenando de túnicas multicolores las estrechas callejas de Cuenca. Tambores, trompetas y clarines suenan estruendosos en esta multitudinaria ruta que finaliza con el canto del Miserere.

Apenas ha amanecido cuando, en medio de un bullicio ensordecedor, se abren las puertas de la iglesia del Salvador para recibir al Padre Jesús, a la Verónica, a San Juan. Y, de pronto, la aparición de Nuestra Señora de la Soledad provoca un silencio impresionante en las turbas, uno de los momentos más especiales de la Semana Santa conquense.

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Coincidiendo con la Semana Santa, Cuenca celebra cada año la Semana de Música Religiosa, que cuenta cada año con importantes orquestas e intérpretes de relevancia internacional.
7. El Romper la hora de Calanda, Teruel, Aragón
Nadie mejor que el cineasta Luis Buñuel, ilustre vecino de la villa, ha contado al mundo este momento mágico en Calanda: ‘Hacía mediodía del Viernes Santo la multitud se congrega en la plaza. Todos esperan en silencio, con el tambor en bandolera. Si algún impaciente se adelanta en el redoble la muchedumbre entera la hace enmudecer’.

‘A la primera campada de las doce del reloj de la iglesia, un estruendo enorme como de un gran trueno retumba en todo el pueblo con una fuerza aplastante. Todos los tambores redoblan a la vez. Una emoción indefinible que pronto se convierte en una especie de embriaguez, se apodera de los hombres’.

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La de Calanda no es la única Semana Santa aragonesa que sorprende al visitante a golpe de tambor y de bombo. Albalate del Obispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Híjar, la Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Jaén comparten momentos emocionantes en los que el estruendo es el protagonista.
8. La procesión del Cristo Redentor de Toledo, Castilla-La Mancha
Las calles estrechas del barrio de la Judería de Toledo son escenario cada Miércoles Santo de la procesión de Cristo Redentor, una de las más famosas de la Semana Santa toledana, que parte poco antes de medianoche del monasterio de Santo Domingo el Real.

Las monjas dominicas acompañan el cortejo penitencial que se desarrolla entre muros conventuales, envuelto en el tañido de la campana. Impresiona el agotamiento impreso en el rostro del Cristo y el esfuerzo de los costaleros, que en algunos momentos han de postrarse de rodillas para salvar los angostos espacios del recorrido.

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Desde el Viernes de Dolores, cuando se celebra la primera procesión de la Semana Santa toledana, las luces de los hachones iluminan cada noche magníficos espectáculos de fervor por estas calles empinadas, que terminan el Domingo de Resurrección con una chocolatada frente a la iglesia de San Andrés.

9. La procesión de los Gitanos de Granada, Andalucía
Desde la noche del Miércoles Santo hasta el amanecer del Jueves, la procesión de los Gitanos va ascendiendo por las colinas del Sacromonte escoltada de saetas, y alumbrada por las hogueras que se prenden en las cuevas y casas de este barrio espectacular de Granada.

El camino hasta la Abadía, por la carrera del Darro primero, por la cuesta del Chapiz, siempre frente a la silueta encendida de la Alhambra, lo presiden el Cristo del Consuelo y la María Santísima del Sacromonte.

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Granada cuenta con otras procesiones impresionantes como la del Silencio, el Jueves Santo, en la que se apaga el alumbrado público de la ciudad, o la de la Alhambra, que recorre este famoso monumento nazarí.

Otro de los momentos más especiales de esta Semana Santa granadina es la Hora Nona, en el Campo del Príncipe, donde miles de personas rezan los tres credos ante el Cristo de los Favores.

10. Las Palmas de Elche, Alicante, Comunidad Valenciana
Decenas de miles de palmas blancas acompañan la procesión de la Borriquita cada Domingo de Ramos en Elche. Son las hojas de las palmeras tan abundantes en esta tierra, cuyo Palmeral es Patrimonio de la Humanidad.

Estas palmas blancas son la seña de identidad de Elche desde el siglo XV, y desde entonces se preparan cada año con esmero para enviar al resto de España y a muchos lugares en todo el mundo.

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Desde días antes, Elche celebra el Mercado de Palma Blanca, donde se encuentran desde sencillas palmas hasta sofisticados diseños para la procesión del Domingo.

Y en la Ermita de San Sebastián se exponen los mejores ramos del concurso organizado por la Junta de Cofradías, con verdaderas joyas trenzadas, algunas en miniatura y otras muy complejas que representan monumentos y tradiciones ilicitanas.
11. La procesión del Santo Entierro de Bercianos de Aliste, Zamora

Bercianos de Aliste es una localidad perteneciente al municipio español de San Vicente de la Cabeza (Zamora). La original forma en que celebran la Semana Santa ha traspasado fronteras, convirtiéndose en un importante foco de atracción turística.

Desde el siglo XV la procesión, conocida como del “Santo Entierro”, tiene lugar el Viernes Santo por la tarde. El evento comienza con el sermón del párroco en la plaza de la iglesia, frente a la figura del Cristo Crucificado y de la Virgen Dolorosa. Tras el discurso descuelgan el cuerpo de Cristo de la cruz, lo presentan ante su Madre y lo introducen en una urna.

En ese momento se inicia la procesión, encabezada por los jóvenes del pueblo que portan los pendones, les siguen los cofrades más jóvenes, los viudos vestidos con las tradicionales capas pardas zamoranas, y a continuación el resto de los cofrades ataviados con la que será su mortaja el día en que sean enterrados, una sencilla túnica blanca.

Durante toda la procesión, cofrades y vecinos de Bercianos de Aliste entonan el Miserere, cantado tanto en latín (los hombres) como en castellano (las mujeres). 

¡Feliz Semana Santa!